martes, 10 de diciembre de 2019

Complot


A pocos años de terminada la guerra de Malvinas, no cualquiera tenía el coraje de andar por la calle usando una remera con la bandera inglesa. Mucho menos en una ciudad tan ligada a lo militar y lo eclesiástico como San Miguel. “La gente me miraba, me comí más de una puteada. El punk era la rebeldía de ese momento, estar en contra de todo lo establecido”, cuenta Gustavo Javier Guerrini, quien en ese momento vivía en el barrio Belgrano de San Miguel, a dos cuadras de la estación Lemos. “Tenía un amigo que me hizo escuchar los Ramones que acá nadie los conocía, tenías que ir a Flores a buscar los casetes”. Se refiere a Gerardo Stevenin, un vecino con el que se juntaba desde que eran chicos en la cortada de Av. San Miguel y Vicente López. Ambos iban hasta una disquería en Flores, donde dejaban un cassette virgen y encargaban el disco que buscaban. En ese momento no conocían a otros punks en la zona, y se informaban sobre el movimiento en los recitales a los que asistían en Capital u otros lugares de Buenos Aires. Gerardo quería armar su banda, y Gustavo justo había ganado el Gordo de Navidad con un decimo (su padre tuvo que cobrar el premio en su lugar, ya que era menor), y con parte de ese dinero se compró una guitarra eléctrica. Llamaron a su proyecto Kraken, y estuvieron ensayando unos meses entre 1983 y 1984, hasta que ambos se pelearon (Gerardo Stevenin luego formaría grupos como Post Mortem, Los Jinetes Mancos, El Barco Ebrio, y Tribunal del Santo Oficio).

Gustavo todavía no tenía los integrantes con los que formaría su propia banda, pero ya le había puesto nombre: “Siempre fui de leer los grafitis, de los doce años al día de hoy que me llaman la atención los grafitis. Las paredes hablan y leo todo lo que dicen las paredes de todos los barrios, hasta les saco fotos. Me llama la atención muchas cosas pintadas en las paredes: frases, cosas de canciones, de política. Y un día en Callao y Tucumán, yo tenía dieciocho años, diecinueve, veo Complot NR. Qué buen nombre para una banda, Complot. Es el nombre de mi banda, Complot. Nunca supe que era NR. Complot, es el nombre de mi banda, ya está, no tenía la banda, no tenía los músicos, no tenía nada, hasta que lo conocí a Guillermo”. El grupo nace en la Escuela de Enseñanza Secundaria Juana Manso, de San Miguel. Con 20 años, Gustavo ingresa al horario nocturno del perito mercantil. Al año siguiente, en 1986, lo cambian de curso por revoltoso, y entre sus nuevos compañeros estaban Guillermo Schill (de Grand Bourg) y Eduardo Montenegro (de José C. Paz). Ambos ya eran amigos, desde que ingresaron al secundario. “Hablábamos de eso –cuenta Guillermo-. Que íbamos a hacer una banda, pero era todo muy en el aire, éramos más de ir a ver bandas. Cuando lo conocimos a Guerrini trajo todo lo punk. Yo solo algunas cosas esporádicas había escuchado pero no me había prendido mucho en la movida, pero cuando él lo trajo me voló la cabeza. Estuve una semana con el disco de los Ramones It’s a Alive, no lo podía parar de escuchar. Eso me pegó, esto es lo que quiero hacer”. A su guitarrista lo conocieron por un compañero del curso, el cual les dijo que su hermano vendía un equipo. Era Gabriel de Luca, quien venía de un proyecto fallido de banda junto a un vecino, y se sentía frustrado con el rock. Ahora escuchaba mucho folklore, a interpretes como César Isella, Uña Ramos, Pablo Milanes, Leon Gieco, o Tarragó Ros, los cuales fue descubriendo al leer la Revista Hum®. Conocía lo que pasaba en el mundo del rock en ese momento porque leía la Pelo, aunque no escuchaba esa música. Quería vender su guitarra Fender Musicmaster y su equipo nacional marca Ionic, que tantos años de trabajo le llevo conseguir, para comprarse instrumentos más tradicionales. Los Complot fueron a su casa detrás del Hospital Mercante de San Miguel, y Eduardo le insistió para que no lo haga, y se sume a la banda. “Guerrini me enseñó a tocar las quintas -admite Gabriel-. Yo hacia el acorde, pero más lleno, como que me costaba seguir un bajo rápido. Gustavo me dijo que el violero con el que tocaba antes, Gerardo, metía los dos dedos así. ‘Pero es un acorde de mierda’. ‘Pero fijate, probalo’. Con las quintas, yo a veces me compraba una revista de música, veía que era todo así, y a mí me parecía que era una cagada. Yo veía a Brian May, y era un señor guitarrista. Pero claro, ese era el punk rock. Y me amoldé (risas)”. También sumó pedales de distorsión, flanger, delay y chorus, marca Pick Boy, ya que en esa época el valor de un Boss equivalía a varios de sus sueldos. Por su parte, Gustavo vendió la guitarra de sus días en Kraken, y se compró un bajo Faim, que usaba con un equipo nacional. Después lo cambio por otro Faim a cuadros blancos y negros, con micrófonos Di Marcio. “Era el bajista. Bajista entre comillas, no sabíamos tocar, todavía al día de hoy mucho no aprendí pero la idea del punk era hágalo usted mismo, toque sin saber, y bueno lo aplicamos nosotros”. Eduardo por su parte, al principio ensayaba con unas almohadillas de práctica que le había dado su profesor. Recién cuando vendió el Citroen que tenía, pudo comprarse una batería.

Ensayaron un par de veces en la casa de Eduardo hasta que los vecinos se quejaron, y en una ocasión en la de Gustavo, porque los padres se habían ido de vacaciones. En la misma cuadra había una cochería, y los vecinos los amenazaron por teléfono con llamar a la comisaria. En San Miguel no conocían salas de ensayo, y buscaron en la revista Segunda Mano. La más cercana que encontraron estaba en Ciudadela. Practicaban una vez a la semana, incluso dos cuando podían, con la intensión de acelerar el aprendizaje. Iban en el auto de la familia de Gustavo, o tomaban dos colectivos y un tren. En uno de esos tantos viajes, hicieron la sesión de fotos  en la estación de tren de Caseros.


Complot en la sala de ensayo de Ciudadela

La movida en la zona en esa época era reducida, tanto con respecto a los grupos como los lugares para tocar. “Si querías ver bandas tenías que ir a la capital -recuerda Gustavo-. Estaba Alonso con su banda, pero muy poco movimiento del rock, casi no nos enterábamos tampoco, no había difusión, las redes sociales no existían”. Eduardo era como el agente de prensa del grupo: hablaba con la gente de los recitales en Capital, llevaba volantes. Era sociable, encaraba a la gente, hacia amistades. “Tenía un sentido bastante empresario, con cualquier banda o con lo que hiciera, tenia eso el loco -explica Gabriel-. Estaba piola porque era el único que no escabiaba, un flaco sano. Pero sano no te digo en el sentido de ser un boludo, el chabón era cero alcohol, pero andaba enroscado bancándonos a nosotros. Yo me imagino a Eduardo diciendo más de una vez ‘Que hago con estos hijos de puta’ (risas)”. Agrega Guillermo: “Había un movimiento de autogestión en ese momento y entonces nosotros empezamos a meternos en ese movimiento, más que nada Eduardo. Y lo que más se identificaba de Complot, porque él decía yo pertenezco a Complot, era yo haciendo lío en todos los recitales. Yo tenía en ese momento una cruz con un candado. Entonces él decía ‘toco con el pibe que tiene la cruz del candado’, ‘Ah sí’. Entonces ya me conocían, empecé a hacerme amigo de los músicos de otras bandas, él hacía el lobby juntándose con los que manejaban las cosas, y yo haciendo los destrozos en los recitales. Pensaban que nosotros ya teníamos temas, es más, se puso un tema en la revista que dirigía Pietrafesala. Pusieron una letra mía y el tema lo teníamos recién empezado, o sea nunca lo habíamos tocado en vivo. Ellos pensaban que ya habíamos tocado, que nosotros ya veníamos tocando por San Miguel, y en realidad nunca habíamos tocado”.


Letra de Complot, aparecida en el fanzine Kien Sirve a la Kausa del Kaos? N°2, editado por Patricia Pietrafesa y Fidel Nadal
Uno de los pocos grupos de la zona con el que entablaron relación fue con 54 Vellos Púbicos. “Nosotros hacíamos muchas pintadas por todos lados -relata Guillermo-. Hacíamos como recorridos por Capital, por donde íbamos, íbamos pintando. Poníamos ‘Complot Punk Rock’. Entonces en unas pintadas de San Miguel o de José C. Paz vimos que nos ponían abajo algo, no me acuerdo bien que eran que ponían, en un paredón en especial, empezó un pseudo chateo de paredón (risas). Nos citaron en un lugar y nos encontramos, fue como encontrarse con alguien que nos teníamos que hacer amigos forzados, y nos hicimos amigos. Hasta ahora seguimos siendo amigos. Así fue como nos encontramos, y los convocamos a el que fue nuestro primer recital”. Los espacios para organizar conciertos en los alrededores eran muy pocos, y tuvieron que ingeniárselas. “Tuve que ir a alquilar el Juventud con medio una mentira –confiesa Gustavo-. Después me quisieron matar cuando vieron las caras que habían, igual no les rompimos nada. Pero era terrible”. Guillermo añade: “Se juntaron unos trescientos punks, punks con toda su parafernalia, con toda su ornamenta, con toda sus cosas, y se espantaba la gente. Todos se espantaban porque ver toda esa gente caminando por las calles de San Miguel fue una revolución, estuvo bueno”. Sin saberlo habían organizado el primer festipunk de la zona. En esa época, la movida punk era tan reducida, que no había otras bandas de ese género para invitar, y las fechas se armaban con grupos de otros estilos. Previamente habían tenido un intento de fecha debut, a la que promocionaron como “Complot en Obras”, ya que se hacía en una construcción abandonada cerca de Muñoz y la ruta 1997, pero ese día al llevar sus equipos se dieron cuenta que no había electricidad en el lugar. Su primera fecha entonces fue el sábado 3 de Enero de 1987, en el Club Juventud Unida, donde organizaron un festipunk con Los Corrosivos, Antiheroes, Descontrol, y 54 Vellos Púbicos. El público estaba compuesto principalmente por punks de Capital. Gustavo tiene con una anécdota de ese día: “Recluté a todos mis amigos, que nada que ver con la música, y armamos una barra. Vendíamos vino, cerveza. Y a lo último te daba un miedo, porque venían unos con unas crestas ‘dame una cerveza’, ahí ya ni le pagaban, ‘toma’, para sacárselo de encima”. A partir de ahí tuvieron otras fechas, tocando en Capital en el Parakultural y en Gracias Nena, y en Rol Pub, de San Miguel. Gracias a una vecina de Gustavo, que estudiaba para asistente social, fueron invitados a tocar por el reconocido psicólogo social Alfredo Moffatt y la organización Cooperanza, que daba talleres de recreación en el patio del Hospital Neuropsiquiátrico Borda. “Vos tenías doscientos locos todos saltando, y todos haciendo pogo, y vos decías lo disfrutaban, no entendían nada, pero lo disfrutaban, fue maravilloso ese día, no me lo olvido más en mi vida eso”, recuerda Gustavo, quien casi vio como dejaban adentro a su cantante: “Nos estábamos yendo todos con las cosas, los instrumentos, los equipos, y ‘¿vos a dónde vas?’ le dijeron a Guillermo”. En total hicieron unas cinco presentaciones.


Fragmento del poster del festipunk en el Club Juventud Unida

Para promocionar la banda, tenían la costumbre de salir a recorrer las calles llevando siempre pintura en aerosol. “La idea era no solamente hacer la pintada -cuenta Gustavo-. Vos ves una pintada en cualquier lado y a los tres días te la borran, te la tapan. Una pintada donde nadie llegue. En el Puente Pacifico, fuimos caminando por las vías, nos colgamos del puente, yo pinté Complot, y estuvo veinte años esa pintada”.  Si bien nunca los llevaron a la comisaria, la policía los agarró pintando varias veces. “Guillermo andaba con un paquetito de marihuana -continua Gustavo-. Me acuerdo que ese día nos temblaban las piernas, nos agarraron pintando una pared. Cuatro tipos bajaron de un auto, unos canas de civil con los fierros. ‘Contra la pared’, nos revisaron, y el otro tenia terrible paquete de marihuana”. Para empeorar las cosas, Gustavo se había hecho en la peluquería, la forma de la “A” de anarquía en el pelo. Por suerte no encontraron el contrabando.  Para difundir las fechas hacían pegatina de afiches y repartían volantes. “Era hacer volantes y repartirlos en los recitales -dice Guillermo-. Dárselo a algún amigo, a nosotros también nos entregaban. Yo cuando veía a los de otras bandas me entregaban un piloncito de las fechas de ellos, y yo se lo daba a gente. Esa era la difusión, hablar de boca en boca, y me parece que lo poníamos en el Sí de Clarín también”. En Capital les daban siempre fanzines en las fechas, usualmente hechos con foto duplicación, ya que por cantidad salían más baratos. En la zona, los entrevistó para el suyo Marcelo Duchamp (poeta y cantante de bandas como El Limbo, Cosa Salvaje, RadioZumbido, Los Vicios de Valeria, y Fabián Duchamp y los Nuevos Ricos). “Circulaban fanzines, eso estaba muy bueno, que ahora se perdió -se lamenta Gustavo-. En todos los shows te daban una revistita hecha a mano, fotocopiada. Hacían cincuenta, sesenta copias, y con historias de bandas, era muy lindo. Esa época era maravillosa, todo muy a pulmón, nada de ir a hacer nada a una imprenta. Un volante, fotocopia, no existía otra cosa”.


Entradas de la fecha en Rol Pub

Gustavo había tomado el nombre para la banda de una pintada callejera, y con el tiempo encontró el origen: “Descubrimos que había una banda en San Martín… Complot New Rock. Ahí me cayó la ficha, para eso estuvimos muy rápidos. Eduardo me dijo ‘Gustavo el nombre es tuyo, regístralo’, yo dije la N y la R era de New Rock. Le re afané el nombre, pero bueno vamos a registrar el nombre. Le ganamos de mano, registramos el nombre y los intimamos con una carta documento. Cambiaron de nombre, se llamaron Misión Complot, y después dejaron de tocar, ni sé lo que hacían. Medio que fuimos ahí re punk ahí a apretarlos, a la salida de un lugar que tocaban en San Martín, para que dejen de usar el nombre. Después lo intimamos legalmente, una boludez pero dejaron el nombre, y el nombre era nuestro”. Como bajada, a Eduardo se le ocurrió la frase “Complot: Una Fisura a Tus Sentidos”.

En 1986 fueron a grabar un demo en Palermo, al estudio Avatar, que encontraron por una publicidad de la revista Pelo. Ese día casi se presentó solamente la mitad de la banda. “Fue en la fecha del Parakultural -detalla Guillermo-. Con Eduardo salimos a la calle después de tocar, hacía muchísimo calor y bueno, razia. Levantó a todos los que estaban en la calle, y nos llevó a nosotros. Así que estuvimos hasta el otro día en la seccional primera, en la parte de moralidad, ahí donde van los travestis, las prostitutas y todo lo que este moralmente mal visto o que estaba en esa época moralmente mal visto. Nosotros entrabamos en ese arquetipo de persona por vestirnos de negro o los pelos revueltos. Entramos en ese contexto, y bueno caímos ahí. Estuvimos un día, después de eso yo corriendo tuve que salir e ir a mi casa, hasta Grand Bourg cambiarme, bañarme e ir al estudio”. Al demo lo grabaron en cinta abierta, y a cada integrante le dieron un cassette con la grabación. De ese material nunca hicieron copias ni se difundió. “La etapa final fue medio turbulenta, extraña, de desencuentros -continua Guillermo-. Íbamos a ensayar y por ahí no ensayábamos bien, no prestábamos atención para tener fechas para tocar. Después pasó lo del papá de Gustavo y como que se disolvió todo, fue vertiginosamente en decadencia, y no le prestamos atención a nada, así que no valía la pena difundirlo”


Complot en la estación de Caseros

Complot estuvo en actividad de 1986 a 1987. Lamentablemente la suma de varias situaciones generó quiebres en el grupo. “Yo pensé que estaba construyendo algo y que no me estaban acompañando, más que nada eso pensé -confiesa Guillermo-. Que no me estaban acompañando lo que yo construía. Por ahí era totalmente erróneo mi visión, entonces actuaba en base a eso y hablaba en base a eso, yo quería dale, hagan esto, vamos a hacer esto. y por ahí yo no sentía que ellos me acompañaban. Yo en un momento empecé a actuar de una manera que por ahí no fue la mejor”. Una tragedia familiar en 1987 precipitó el final de la banda. “En ese momento me agarró un bajón terrible por la muerte de mi viejo -explica Gustavo-. Estuve un año re mal y dije voy a dejar de tocar, con todo el dolor del alma. Eran muchas cosas, quería estar más cerca de mi novia, lo único que me contenía”.  Luego de la separación de Complot, Gabriel y Eduardo tocaron juntos por varios años, en bandas  como Sentido Pesame, Cor Saudade, El Limbo, Círculos y Cuadrados, y Calentitos los Champiñones. Gabriel además tocó en Marcelo Duchamp y la Decadencia, Varonera, y en RadioZumbido, donde también cantaba Guillermo Schill. Por su parte, Eduardo participó en Ismael, junto a Hernan Hildebrandt (de La Nave, 54 Vellos Púbicos, Efecto Freud, Los Putos, y La Máquina de Dios), y Rafael Florentin (de Harpoon).

En 2011, a casi veinticinco años de su separación como banda, las redes sociales volvieron a juntar a los cuatro integrantes: “Con el Facebook empezamos a encontrarnos, nos habíamos perdido el contacto, el único que seguía en el música era Gabriel -relata Gustavo-. Nos empezamos a juntar, un día nos juntamos a tomar una cerveza, dijimos ‘vamos a hacer un show a los 25 años de que nos juntamos a ver qué pasa y para nuestros hijos’. Mi hija que es súper rockera, me decía por qué no se juntan, bueno nos vamos a juntar con nuestros hijos”. Con motivo del cumpleaños de Gabriel, que en ese momento estaba tocando en Varonera, surgió la posibilidad de un reencuentro. “Guerrini tan efusivo como es dijo ‘yo llevo el bajo, y vamos y tocamos, le caemos y tocamos’ -recuerda Guillermo-. Yo dije ‘vos estás loco, yo ni me acuerdo los temas’, y bueno, al final no tocamos. Entonces ahí era ¿qué hacemos cuando nos pregunten? ‘Reíte, no les digas nada, cuando pregunten reíte’ le dije yo, y no contestes. Hicimos eso, nos poníamos a hablar entre los cuatro, y no dejamos que nos preguntaran, si nos preguntaban nos mirábamos nosotros. No tocamos porque iba a hacer un bochorno, dijimos si vamos a tocar, vamos a tocar bien, ensayemos un par de veces y toquemos, hagamos un recital para que nos quede, para tener algo, para mostrar los temas que hacíamos. Empezamos a ensayar para esa fecha que Guerrini ya tenía, antes de que podamos hacer un consenso él ya tenía la fecha, el lugar, tenía todo, él es así, y ya había invitado gente, ya tenía no sé cincuenta personas invitadas”. Volvía Complot luego de casi 25 años, pero no estaban seguros si podían usar el mismo nombre otra vez. “En el 91 yo estaba totalmente alejado de la música, estaba en otra -narra Gustavo-. Me llaman por teléfono del centro de un estudio, un abogado, que me querían comprar el nombre. ‘Bueno, ¿Cuánto?’. Imagínate yo me re agrandé y le dije ‘tengo que hablar con mis compañeros porque no sé’. ‘Mira, es la única oferta que te voy a hacer, hay doscientos mil nombres, si querés aceptar’. Eran dos mil pesos. Buenísimo, dos mil pesos. Fui, los cobré, firmé un papel con la venta del nombre. Después me quería suicidar porque era una banda de cumbia que apareció. Después fue una marca de ropa. Ahora vos pones Complot en YouTube y aparece de todo menos nosotros. Y cuando nos juntamos en 2011, yo tenía ese remordimiento que nunca los había visto. ‘che, saben que yo vendí el nombre bola. Vendí el nombre y me compré un auto con la plata’. Entonces yo después como sentía la culpa, voy a pagar un montón de ensayos, porque en realidad el nombre era mío pero yo les tendría que haber dado quinientos pesos a cada uno. Porque lo vendí en dos mil pesos y me compré un auto, pero por mi honestidad, íbamos y yo pagaba las cervezas, pagaba la sala de ensayos. Nunca más podíamos volver a usar el nombre pero dijimos no pasa nada, quién nos va a intimar, y la segunda etapa usamos siempre el nombre Complot”.


Complot 2012, en Salas Shelter

Para esta nueva fase, rescataron unos cinco temas viejos, y compusieron diez nuevos. “Antes éramos más crudos, más rifleros y más crudos -explica Guillermo-. Las letras eran más simples, sociales. Ahora evolucionamos, hay más instrumentación. Yo tiro las letras a un lado más volado, más el amor perdido o el amor buscado, o el sufrimientos, cosas así, no tanto social”. Entre los temas que hacían en vivo, estaba un cover de RadioZumbido, llamado Ruth Infarinato, que ahora tenía una impronta más pop. La fecha de regreso fue en el Centro Cultural UNGS, con la idea de hacer un solo show, pero después no pararon. Tocaron en Il Amichi, Kushen Bar, Teatro Leopoldo Marechal, EQ, Sacred Restobar, y el bar Bien Peronistas, junto a bandas como Fusibles, Huecocielo, Madrastra, Lo Aborrecible, Invasores, Identidad Punx, Oceánicos, y Ultrapindonga. En invierno, del 2 de Junio a finales de Octubre, Gustavo con su familia ayuda a la gente en situación de calle en San Miguel. En sus shows recolectaban comida, frazadas, o lo que aportaba gente de la movida del rock, como la banda Ventilador Asesino, o Sabrina Lenti de la sala de ensayo GGC. “Me sirvió lo de la banda para hacer shows a beneficio. Venía la gente y te traía cosas, y por ahí nosotros le llevábamos sopa, frazadas. Tocábamos en el Marechal y nos llenaban de cosas, nos venía bárbaro. Siempre buscaba lugar para tocar. Cuando tocamos en el Bien Peronista también tocamos a beneficio de unos que se les había volado las chapas de la casa. Mi onda más fue esa, no vamos a llegar a nada, no llegamos en su momento. La idea era tocar para los amigos, y si se podía a beneficio”.

En el 2011 registran en “La Cabeza Graba” un demo de tres canciones, grabado, mezclado y masterizado por Carlos Alonso, en cinta abierta. “La idea era grabar diez temas, pero como no lográbamos ponernos de acuerdo en qué temas, ni el dinero, ni el tiempo, salió lo más fácil, probemos con tres -cuenta Guillermo-. Fuimos, probamos con tres y no nos salió. No nos salió como queríamos, no salió bien. Un poco la impericia nuestra, porque nos tendríamos que haber dado cuenta y haber puesto más ganas a eso. Lo tomamos muy a la ligera, si bien nos preocupamos, pero lo tomamos a la ligera, y salió así como salió (risas)”. Como no quedaron conformes con el resultado, estas grabaciones permanecen aún inéditas.

A los tres años de volver a tocar, Eduardo abandonó la banda por problemas laborales. Hacen una fecha más con Fernando Montemarani como baterista (de las bandas Lo Aborrecible, El Barco Ebrio, Cebras, Caracal, Psiquiatras Argentinos, y la productora audiovisual Saturno 5), pero decidieron no continuar. “Ya estábamos todos cansados, y bueno como que recontra habíamos cumplido el objetivo -asegura Gustavo-. Era juntarnos para un show, hicimos quince shows en tres años, y dijimos buen, ya está, ya fue”. No lo tomaron como una separación, sino como un periodo de espera hasta encontrar un baterista nuevo. “Éramos amigos sobre todo -continúa Gustavo-. ¿Con qué lo comparo? Con un cuentito de Dolina que habla del fútbol que dice ‘Es preferible perder con tus amigos, que ganar con extraños’. Yo quería tocar con mis amigos, no me importaba traer un cantante que se cante todo y yo no lo conozca, de no ser amigo, nunca me importó”.

Cinco años después de este impas, una tragedia vuelve a juntar a la banda. “Muere mi esposa el 22 de enero, yo empecé en terapia porque estaba re mal -admite Gustavo-. Al punto tal de decir me pego un balazo, no quiero vivir más. Muchos años de novios, nos conocimos cuando ella tenía 15 años y yo 18. Fue durísimo. Y en terapia mi psicóloga me dijo ‘hace algo que te guste’”.  Guillermo y Gaby se juntaron con Gustavo para acompañarlo y tomar unas cervezas, y surgió la idea de volver con Complot. Convocaron como baterista a Ricardo “Riki” Montenegro, quien participó de grupos como Los Últimos Peces, Torpes Amebas, Homosapien, HiperUltra, Fabián Duchamp y los Nuevos Ricos, Varonera, Wanda y los de Cera, y actualmente en el proyecto instrumental La Mákina de Dios. “Me contaron que Eduardo, mi hermano, no estaba interesado en seguir tocando –relata Ricardo-. Yo ya más o menos olfateaba que estaban con la idea de juntarse, así que les dije que si, de una. Ni lo dudé”. Guillermo agrega: “Es como que esté Eduardo, es rarísima la situación. No sé si muchas bandas pueden pasar por eso, que este uno tocando, después se va y viene el hermano, estando bien con el otro. Yo disfruto mucho que esté Ricky”. En esta tercera etapa también incorporaron una segunda guitarra, a cargo de Nicolás Romero (de la banda Moorea), traído por Gabriel ya que tocaban juntos en Varonera. “En el 2011 fue mostrarle a la gente lo que hicimos y después darle una vuelta de tuerca -explica Guillermo-. Después cuando nos dimos cuenta que queríamos seguir, fue mostrarle un poco más de lo que hubiésemos hecho. Tocamos para los amigos, porque había un montón de gente que decía ‘uh, yo no los vi’, o muchos ‘si yo los vi, pero no me acuerdo’. Y bueno, tocamos para esa gente, para que vinieran, y para nosotros, porque nosotros tampoco nos acordábamos. Era hacer un recital para mirarnos al espejo y decir ‘ah, mira lo que era yo’. Ese fue el motivo de esa unión, el volver a recuperar lo que teníamos. Ahora no, ahora es mostrar otra cosa, otra banda. Es como cualquier músico, cualquier banda hace un disco y lo hace con una estética y una manera, y el otro disco es totalmente diferente, si deciden hacerlo diferente va a ser diferente. Bueno nosotros decidimos eso, hacer algo diferente, muchas cosas iguales pero bueno, diferente”. Para esta nueva etapa ya hay temas nuevos. “La idea es grabar algo de verdad, grabar un disco, que quede, y cerrar una etapa para siempre -dice Gustavo-. Con temas de las tres etapas, los 6 o 7 temas que rescatamos de la primera, Aburrido, Siempre es Hoy, Detrás de la gran ciudad, esos temas viejos. Muchos de los temas del 2011 al 2014, hicimos como veinte temas, y lo que salga ahora. Hacer algo con lo mejor, con lo que nos guste”.

Para Guillermo, antes que nada son un grupo de amigos: “Cada vez que nos convocamos los Complot, vamos las verdaderas personas a juntarnos, y estamos despojados de todo, como desnudos para encontrarnos con los cuatro. Ahora somos un par más, pero lo que da el fundamento de Complot está, vamos a disfrutar de nosotros”. Concluye Gustavo: “Complot lo que podes decir, que no dejó mucho, pero que iniciamos una movida. Como una semillita que tiramos ahí, estuvo bueno la verdad. Lo descubrí cuando volvimos, porque que te vengan a ver chicos de veinte años, que te digan ‘ustedes eran los de Complot’. Después te ven y dicen ‘¿estos eran los de Complot?’ (risas). Estuvo bueno”.

lunes, 5 de marzo de 2018

Los Subversivos


Con 16 años, después de ver en vivo a Sumo y a Todos Tus Muertos, Kike supo que quería era tener su propio grupo. "El salvajismo, y lo original que sonaban esas bandas, y poder disfrutarlas en vivo, me marcó". Así recuerda Kike Andrada lo que sentía a finales de los ochentas. Con sus compañeros del Instituto Nuestra Señora de Fátima, de Del Viso, tenían la costumbre de ir a recitales en el Parakultural. En ese momento también lo conoce a "Koko" Quintana, gracias a un amigo en común. ”Yo venía andando en skate, y ya estaba escuchando Suicidal Tendencies, Exploited, un par de bandas de acá –hace memoria Koko-. Estaba Todos Tus Muertos, que recién había salido el primer disco. Kike me lo hizo escuchar. Y al tiempo empezamos a compartir todo lo que era la música, hasta que un día él me hizo la propuesta de armar una banda. Obviamente me entusiasme de entrada, y empezamos a ver qué era lo que íbamos a hacer. Como cualquier banda que arranca, por ahí influenciados por las bandas del momento que uno estaba escuchando”. Al principio se juntaron ellos dos solos a componer con una guitarra criolla, pero enseguida buscaron a los miembros que faltaban. Antes de arrancar con este proyecto, ambos ya habían armado el fanzine "Estallido Social", del que salieron 3 números. 

La primera formación de la banda estaba compuesta por Leonardo "Koko" Quintana en voz, Jorge Antonio "Kike" Andrada en guitarra, Betty López en bajo (novia en ese momento, y luego esposa de Kike), y Mario “el Flaco” Menesunda en batería (quien luego participó además del grupo thrash Estirpe). El nombre que eligieron para la banda fue "Los Subversivos", en homenaje a los 30.000 desaparecidos. El show debut fue en MacArthur, en 1989. "En esa época, si les gustaba la banda, era una maza. Si no les gustaba la banda, te sacaban cagando o no le daban bola –explica Koko-. Entonces cuando hicimos el primer tema, explotó. Se armó pogo con toda la gente vieja de esa época, que eran todos bardo barato <risas>. Ahí se rompió el hielo". Para este momento la formación había cambiado: el Flaco Mario pasó de la batería al bajo, y en la batería ahora estaba un chico de Belgrano llamado Federico.


Primera fecha en MacArthur
(Fotos gentileza de Kike)

Su siguiente fecha fue en Del Viso, armaron un festipunk al que invitaron a 2 Minutos. Se realizó en la esquina de Ruta 26 y Valentín Gómez, donde actualmente hay un supermercado DIA%. Era un predio en el que se armaba una feria semanal, y el resto de los días estaba libre. Así que pidieron permiso y organizaron el recital. En el transcurso del mismo hubo peleas, ya que el público local no entendía la onda de los punks de Capital y Zona Oeste. Koko tuvo que refugiar a varios de los visitantes durante los disturbios, ya que luego se sumó la policía, suspendiendo el recital: “La gilada local no entendía nada, y típica reacción empezaron a buscar mierda a cualquiera para hacerse ver. Después cobraron todos, y como cobraron fueron a buscar más gente, y se armó groso porque se desbando. Dejaron entrar los últimos temas de 2mi y se pudrió del todo. De lo que pudimos rescatar de gente, muchos fueron para un club, y yo me fui con muchos a casa”.
Para Kike, este fue uno de los mejores periodos de la banda: "Ahí se hicieron los temas más conocidos que teníamos nosotros, como 'Flamearé mi bandera', 'Vigilante y botón', 'No más razzias policiales'. Son temas que salieron en aquella época, y después nos acompañaron en toda la trayectoria". Tras un par de fechas (una en Olivos junto a Crematario y Los Drugos, y otra en Charly Pub de Tortuguitas junto a Retraso Mental), hay un quiebre en el grupo: "Nos separamos, por unas diferencias en lo que proyectaba la banda en querer hacer o no -puntualiza Koko sobre este alejamiento-. Lo charlamos entre todos los que estábamos, quien quería seguir y quien no, y nos fuimos la mayoría. Menos Kike, que era el guitarrista y el mentor de la banda. Nosotros nos fuimos, buscamos otro guitarrista, y armamos Odio Urbano". Lo llamaron a Ezequiel Monteagudo (de la banda Reacción), y al mes estaban tocando en vivo. Odio Urbano duró tres años, pero no llegaron a grabar ningún demo.

Con nuevos integrantes, la formación de los Subversivos pasó a ser: Diego Escolástico en voz, Kike en guitarra, Carlos Jacquet en bajo, y Cesar “Pancuca” en batería (quien también tocó en Estirpe). Siguieron haciendo fechas, dándose el gusto de tocar con Todos Tus Muertos.

La tercera formación, en vivo en “El Teatro del Plata”
(Foto gentileza de Kike)

Practicaban en la casa del padre de Kike, porque no había salas de ensayo en Del Viso. Su sala en aquel pequeño galpón de dos por tres metros aún existe. “Todavía está –asegura Kike-. Ya bastante cambiada pero todavía está. Los Telgopor, las fechas pegadas”. En verano el calor se volvía insoportable, y a veces tenían que parar de tocar porque los vecinos tiraban piedras en el techo. Por estos inconvenientes tuvieron que ir a la sala de ensayos más cercana, en Villa Adelina. Luego pasarían a Goku, en San Miguel.
Durante el año 1992, grabaron un demo de difusión con 12 temas. Eran canciones que iban a formar parte de un compilado que nunca salió, organizado por el programa de radio "Renegado", de San Justo. Lo grabaron en vivo en Sala Pinto, que estaba ubicada en Puente Saavedra. Era una de las pocas salas que grababa en vivo por línea, con sonido directo de consola. Para difundirlo, los integrantes del grupo lo grababan en cassette de forma casera, con tapa fotocopiada, y lo regalaban en los recitales. Este material circuló bastante entre los fanáticos.



Esta tercera formación tampoco duró mucho tiempo. Teniendo en cuenta que se encargaba de escribir las letras, Kike decidió cantar, además de tocar la guitarra. Se sumaron Martín Cabaiano en batería, y Sebastián Ormaechea en bajo. Se mantienen así durante un breve tiempo, hasta que se suma Adrian “Globu”, quien tocaba junto a Cabaiano en la banda Retraso Mental. Entonces hay una rotación de instrumentos, pasando “Globu” a la bateria, Cabaiano al bajo, Ormaechea a la guitarra, y Kike solamente a cantar. El primer show con esta formación fue en el Colegio Dorrego de Morón, junto a Flema, 2 Minutos, Mal Momento y Katarro Vandaliko. El tinglado de la escuela rebalsaba de gente.

Kike en guitarra y voz, Sebastian en bajo, y Pancuca en bateria
(Foto gentileza de Kike)

Con un joven Sebastían Ormaechea de 17 años en guitarra, el sonido de la banda cambió. Seba venía de escuchar heavy metal, y Los Subversivos fue su primer proyecto serio: "La mayoría de las letras eran de Kike, yo laburaba la parte de la música. Kike tiene un par de años más, así que tenía otra madurez para las letras. Inclusive para hacer movidas. Lo nuestro era un punk rock muy del palo de 2 Minutos, pero con otras letras. Por eso despego un poco de ese movimiento, y pegó en otro que era más politizado. Para mí fue un montón de años de aprender un montón de cosas. Haber tocado en los Subversivos me marcó muchísimo en las cuestiones ideológicas. De conocer otra movida del under, otra idea de la música, que si no hubiera tocado en los Subversivos no sé si hubiera conocido. Lo mío era más el heavy, el heavy no estaba tan organizado en ese sentido, no había bandas muy políticas. Eso se daba más en el punk. Al punto que hoy por hoy relaciono al punk con una cuestión ideológica, no solo musical".

Kike en voz, Sebastian en guitarra, Cabaiano en bajo, y Globu en bateria.
En vivo en Viejo Blues (Grand Bourg).
(Foto gentileza de Kike)


De a poco la banda se fue politizando, ya que el nombre que habían elegido los llevó a profundizar en algunas cuestiones. En esta búsqueda, Kike encontró la rama más contestataria del punk: "Había un amigo de Capital, que nos presta un cassette grabado de La Polla Records, y nos cambió la cabeza. Las letras me cambiaron la vida, ver las cosas de otra manera". El deseo de un cambio social los impulsó a tocar en recitales a beneficio de escuelas, hospicios, cotolengos, etc. 

"En un principio tocábamos con Flema, 2 Minutos, ese tipo de bandas –explica Sebastián-. Después empezamos a tocar con bandas de otro palo, punk rock no tan destroy, sino más político. La Banda del Cuervo Muerto, Os Mocos, Detenido Desaparecido, Por los que no Están, Insumisión Total, Loquero. Se iba a hacer un compilado con todas esas bandas pero nunca se llegó". Cuenta la leyenda que en el inconseguible demo "En Vivo" de Loquero del año 1994, se puede escuchar a Kike cantando una estrofa de "Vigilante y Botón". A su vez, en la canción “Suicidio”, los Subversivos hacen referencia a Loquero. "Una de mis bandas favoritas de aquella época, no por lo musical, ni las letras –aclara Chary, cantante de Loquero-. Sino porque Kike me parecía una persona excelente, muy simpático, él y su novia. Y siempre generoso, solidario, y queriendo ayudar. Rescataba esa buena onda. Ya me caía bien la banda, todo unificaba para que la banda me cayera bien"

Flyer gentileza del blog Dekadencia Humana punkzine

La policía detenía constantemente a los integrantes del grupo. Estos apremios ilegales inspirarían temas como "No mas razzias policiales". Kike recuerda una anécdota poco feliz: "Íbamos a ver a Sentimiento Incontrolable. Nos bajaron del tren, y nos llevaron a Boulogne, al sótano de una comisaría. Nos cagaron a palos de una manera terrible, nos desnudaron. La montada era. Nos dieron para que nunca más. Y al contrario, eso nos fortaleció porque dijimos 'Esto no puede quedar acá'. No había gente del palo, era muy difícil. Encontrábamos a alguno con campera de cuero con una remera de Sex Pistols o Ramones y lo parábamos, hablábamos. No era necesario ser amigo ni conocido. Se valoraba mucho eso. Encontrar una persona que más o menos sea del palo. Yo considero que era la primera banda punk de la zona, en esa época no había nadie. Nosotros usábamos cresta, y con la policía lo sufríamos. Muchas veces, no una vez o dos. Muchas veces caímos presos, tuvimos causas. La pasamos mal pero salimos adelante, no nos cambiaron".
En Capital les gritaban "Bájense, zurdos de mierda". En San Telmo tuvieron una situación incómoda con skinheads fascistas. "Una vez habíamos tocado en Zona Cyborg. Nosotros hacíamos una introducción de los Toy Dolls en el cassette previo a 'Flamearé mi Bandera', y teníamos un tema que era 'Héroes de Malvinas'. 'Flamearé mi bandera' no era por una cuestión nacionalista, era una metáfora de las ideas –aclara Sebastián-. Los locos escucharon eso y no sabían bien que onda. Y fueron una vez a vernos. Y fueron un montón. Obviamente vieron un recital y no fueron nunca más, porque vieron que no teníamos nada que ver con eso. Pero fue feo. Eran peleadores, todos patovicas. Gente de guita, muy de gimnasio, muay thai, boxeo. Y cuando la pudrían se re complicaba <risas>. Eran de Zona Norte, y andaban por San Telmo porque había mucha movida". Cuando tocaban en provincia, no encontraban skinheads fascistas en los recitales.

Luis "Alakran" Ferrofino, además de la revista Rebelión Rock, tenía el programa de radio "Rebelión Rock en el Aire". Se convirtió en una gran influencia para la banda, cambiando su postura, donde y para quienes tocar. “Hicimos onda con él, y nos invitó al festival de Rebelión Rock –cuenta Kike sobre este encuentro-. En el Parakultural tocamos. Con Detenido Desaparecido, Os Mocos, La Banda del Cuervo, y Cadáveres. Y ahí le hicimos la onda para que lleve el programa de él para el Oeste”. Sobre su paso por la radio, Alakran agrega: "Había hecho radio con mucho éxito en la zona Sur del Gran Buenos Aires (FM Avellaneda y FM Rio), y un tiempo después me vino a ver Kike. Me preguntó si me animaba a hacerla, que él me pagaba el espacio por el lado de San Justo. Le dije que si, y empezamos nuevamente en FM Fantasia 2000. Creo que duro un año, o año y medio. Guardo un muy buen recuerdo de Kike por ese gesto. No porque difundiera mi programa, sino por querer dar a conocer, y pagar de su bolsillo, un medio que él, como tantos, consideraba muy necesario para 'abrir cabezas', por decirlo de algún modo". Por su parte, Kike también guarda un grato recuerdo: "Nos dio una buena mano. Nos empujo y nos difundió por el Oeste. Nosotros teníamos un fuerte en el Oeste. En la zona de Morón y San Justo nos conocía mucha gente".



Para tocar en vivo en esa época, organizaban festivales donde invitaban a tres o cuatro bandas, y luego esas bandas los invitaban a ellos. De esta forma tocaban seguido, esquivando las fechas donde les pedían vender entradas. “Nosotros nunca jamás vendimos una entrada para tocar –sostiene Sebastian-. Preferíamos no tocar a vender una entrada. Fue una política de la banda. Y al principio más que nada las armaba Kike a las fechas, invitaba a las bandas. Se buscaban los lugares, en la zona, en Capital, donde fuera. Y se armaba así". Influenciados por el "hazlo tu mismo", se encargaban de todos los aspectos de la organización, sin depender de managers ni productoras. Con esfuerzo lograron reunir todos los equipos necesarios en la sala de Kike: “Tenia la sala más o menos armadita. Una consola precaria pero teníamos las voces ahí. Equipos buenos. Se nos complicaba como a todo el mundo. Pero la pasión te obligaba a tener lo que querías”. Sebastián agrega: “A veces armábamos fecha en Capital y llevábamos todo desde Del Viso”

Kike, Seba, Cabaiano, y Globu, en vivo en Paso del Rey.
(Foto gentileza de Kike)

En Capital tocaban ocasionalmente en lugares como Arlequines o Zona Cyborg. Pero donde llegaron a tener un público importante fue en provincia, principalmente en Zona Norte y Oeste. "Tocábamos más en zona Oeste que acá. Y nos iba a ver más gente en zona Oeste. Muchos creían que éramos una banda del Oeste. Ahí había mucha movida de bandas, muchos lugares. Por ahí tocabas en un club, en un bar, y a veces... me acuerdo que tocamos en una cancha de paddle”, detalla entre risas Sebastián. En el Oeste se sentían locales, ya que tenían el apoyo de fanzines y programas de radio. Luis con su programa Renegado, que salía por FM Fantasia 2000, les daba una mano por San Justo. Del programa "Hacete Cargo" que salía por FM RCT 94.1, los invitaban a festivales en Villa Tesei. En el Oeste también tocaron en Rafael Castillo, Laferrere, en el Club Deportivo Morón, en La Fuente de Hurlingham, y un poco más lejos, en Bragado y en Veinticinco de Mayo.
Sebastián trae a la memoria varios lugares de Zona Norte por los que pasaron: "Había un lugar en San Miguel que se llamaba Momentos, era un pub re punky, punky destroy. Me acuerdo que la entrada estaba $2, y con la entrada te daban una birra de litro o una pizza. Después había un lugar en Grand Bourg que se llamaba Viejo Blues, ahí tocamos con Bien Desocupados. Después había lugares que no eran boliches, que se alquilaban. En Pilar en el Club Peñarol. En el Rocky Flores en José C. Paz, un gimnasio de boxeo en un tinglado, ahí se hacían un montón de recitales. Y la fecha que tocamos ahí fue una demostración de boxeo callejero <risas>. Se armo un quilombo, eran cien contra cien. Revoleo de botellas, cintos y piñas. Y nosotros por no querer tocar primeros no pudimos tocar <más risas>. La banda que toco primera fue la única que toco. Después que tocó Flema se armó un quilombo pocas veces visto". En la zona también armaban shows en “La Casa” de San Miguel, y en Tortuguitas había lugares como Filo’s, Charly Pub, o Zig Zag. A estas fechas invitaban a bandas de la región como Orientación Adecuada, Hacete Kargo, Igual Jerarquía, Terral, Lagaña, Desorden, DKM, Kristo Muerto, Koma Hepático, Sector 30, y Trago Largo.

Flyer gentileza de Fernando Ceballos

Con el tiempo varias bandas se fueron organizando, y Los Subversivos no tenían que armar tantas fechas para poder tocar. Pero al mismo tiempo, durante el menemato, la apertura a las importaciones le jugó en contra a los músicos. "El uno a uno, esa medida medio mentirosa, hacia que vos te pudieras equipar –señala Sebastián-. Entonces surgieron un montón de bandas que explotaban y después no se sostenían en el tiempo. Habían muchas bandas, entonces cambió la relación de negociación entre la banda y los dueños de bares. Perjudicó muchísimo a la movida. Haber llegado al extremo de que las bandas pagan por tocar es una locura. Antes no era así. Si bien vendías entradas, las vendías para el que producía, que era otra banda que corría con los costos. Y a veces perdía guita, pero no le dabas de comer al dueño de un bar." En su demo del 92, incluyeron un tema llamado “Como Menem nos cagó”.

Tapa de un cassette difusión, con tres temas adelanto de su primer disco


Por 4 años habían mantenido una formación estable: Kike en voz, Sebastián en guitarra, Martin Cabaiano en bajo, y "Globu" en batería. Pero en 1994, "Globu" viaja a Miami, y es reemplazado por Fernando "El Pelado" Brenzzoni. Ese mismo año empiezan a trabajar en su primer disco. En Del Viso no tenían donde grabarlo, así que buscando en una revista, vieron el anuncio de "El Rincón" de Ingeniero Maschwitz. Ubicado en una casa quinta, fueron la primera banda en ir a ese estudio. Tardaron 3 meses en grabarlo, cada instrumento por separado, en cinta abierta. En el proceso, Cabaiano dejó la banda, e ingresó Nicolás Valdivieso (luego más conocido como Zaro, del grupo Zaro y Los Rubí). Si bien Nicolás figura en los créditos del disco, en realidad los bajos fueron grabados por Sebastián.

Una vez que terminaron la grabación, enviaron el disco a masterizar con Mario Breuer, famoso ingeniero de sonido que grabo a Luis Alberto Spinetta, Sumo, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, entre otros. Breuer y Anatole, el dueño del estudio "El Rincón", se conocían, y les hizo precio por el trabajo. Por eso el disco suena tan prolijo. "Estaban las discográficas grandes, que obviamente eran inaccesibles. Y después una movida under muy nueva –aclara Ormaechea-. Ahora que una banda suene como sonaban en el under en esa época, es una banda muy de barrio. Era muy precario todo. Y las bandas que sonaban bien, pegaban un salto importante." El disco fue una producción independiente, realizada íntegramente por la banda. Se hicieron 2000 copias en cassette. “Había una fabrica que los hacía en Capital, en Villa Crespo. De a 300 o 500 –explica Kike-. La primera tirada fue de 700. Fue así hasta que hicimos los 2000”. El sello Mentes Abiertas llegó a distribuirles mil copias. Principalmente vendían por correo, y también repartían en el circuito clásico de rockerías de Buenos Aires. Iban en moto dejando el disco en consignación.

Gentileza del Fotolog "Épocas muy buenas"

Presentaron "Flamearé mi bandera" en el Teatro Arlequines. Ese día llevaron a "Tole", el técnico que los había grabado, y usaron los mismos efectos que en el disco.
En 1995, un año después de que grabaron el álbum, ingresó Cristian "Chuleta" Herrera al grupo: “Gracias a Sebastian que me invitó, que conocía de la secundaria. Habíamos tocado juntos en otra banda, pero en el año 1994 nos separamos. ‘Quimera’ se llamaba, tocábamos con un amigo. Quedó el proyecto sin concluir porque nunca conseguimos un cantante”.

Kike, Sebastian, Chuleta, y el Pelado. En vivo en "El Taller" (Del Viso).
(Foto gentileza de Kike)

Sebastián afirma que tener un disco bien grabado les abrió muchas puertas: “El under en ese momento no era profesional. El under era muy under. Ahora una banda under suena bien, antes era todo más precario. Estamos hablando de más de 20 años atrás. Entonces una banda con sonido intermedio que grabara, podía hacer bastantes cosas. Nosotros viajamos por todo el país”. En esa época la difusión se hacía por correo, enviando material al interior, y al exterior del país. "Se distribuyó mucho por fanzine, por todos lados. De hecho nos dedicábamos a contestar cartas para fanzines. Porque mandábamos el cassette a todos lados, y después te devolvían una nota. Entonces salía el comentario del cassette con una nota. Y yo me acuerdo de contestar hasta de Filipinas, a ese nivel. España, América Latina de todos lados, del interior a full. A ese nivel se movía la red de fanzines. De hecho después tuvimos contacto con una banda de Finlandia que vino a tocar. Yo creo que ni en el Facebook tengo a nadie de Finlandia. Era un argentino viviendo en Finlandia. Se llamaban Jack Meatbeat And The Underground Society. Me acuerdo que hacían un cover de Sumo en Finlandes." Se refiere a una de las bandas de Eduardo Martínez, quien nació en Buenos Aires pero se mudó a Finlandia, donde luego también fundó The Flaming Sideburns. "En esa época el fanzine movía todo, y la feria de discos –continua Sebastian-. Estaba un chico que se llamaba Horacio, que hacia un fanzine. Estaba siempre con nosotros e iba siempre a vernos. El loco se carteaba con un montón de gente, de todo el mundo. Porque la red de fanzines era re grosa. Hacía lo que internet ahora, pero era más costoso y más trabajo. Entonces se nos ocurrió ponerlo de una especie de agente de prensa. Él mandaba el cassette a todos lados, y nosotros con las fechas le juntábamos la guita para el correo. Entonces nos servía a los dos. Y así empezó a conseguir un montón de fechas en el interior. Obviamente él venía con nosotros, así conoció un montón de gente con la que hacía años se carteaba." Sebastián se refiere a Horacio Fernández, del fanzine B.A. Underground (luego rebautizado B.A. Subterráneo). Éste era armado por Mathías Rinaldelli (que escribía y diagramaba), y por Horacio (que se ocupaba del correo y también de escribir ocasionalmente). "El indicado para responder esto en realidad es Horacio Fernández, difícil de hallar inclusive en la red! Está viviendo en Perú -aclara Mathias, más conocido como "El Gringo", vocalista de Ácidos Populares, y autor de los libros "Agujas y Sangre" y "Gratitude"-. Comenzamos a hacerlo en 1993, entre los dos, luego de conocer un par de fanzines en lo del Alakran y de ir un par de veces a la feria de zines de Congreso. Ahí flasheámos y dijimos: 'y si hacemos uno nosotros?'. Y de volada sacamos un primer número, hicimos 100 copias con toda la furia!". Horacio y Mathias iban seguidos a ver a Los Subversivos cuando tocaban en Zona Norte, ya que Horacio era de Polvorines. "Y como nosotros dos éramos hijos de milicos, nos parecía bastante apropiado seguir a esta banda. Y al toque pegamos onda. De un tiro entró Zaro a tocar el bajo, y Horacio se ofreció a ayudarlos con la difusión, ya que manteníamos contacto con cantidad de gente por correo convencional. Fanzine va, cassette viene, estampillas truchadas. Haciendo el zine nos dimos cuenta que la gente del interior respondía mucho más, y así empezaron también los viajes. A veces con los Subversivos, otras veces solo".
De esta forma la banda, junto a Horacio y Mathias, salieron de gira por Neuquén, Santiago del Estero, Rio Gallegos, Rio Cuarto, Santa Fe, La Pampa, Gualeguaychú y Colón. Casi van a tocar a Bolivia, pero no los dejaron pasar en Ezeiza (en el aeropuerto tuvieron problemas con los papeles del baterista). A Uruguay fueron dos veces. "Tocamos dos veces en Santiago del Estero, donde grabamos una producción en vivo. Tocamos en la Pampa dos veces, tocamos en Entre Rios dos veces. Siempre dos veces porque íbamos una vez, se enganchaba la gente, y nos invitaban", recalca Kike. En estos intercambios se hicieron amigos de bandas del interior como "Preso en Libertad" de Neuquén, "Kaos y Miseria" de Cordoba, y "Sarcófago" de Río Gallegos, a los que luego invitaron a tocar en Buenos Aires.

En Santiago del Estero
(Foto gentileza de Kike)

"En Forres es re loco –recuerda sorprendido Ormaechea-. Es un pueblito que está a 50 kms de Santiago del Estero, y de la Banda. Es un pueblo que no tenía ni un solo asfalto. Pueblo pueblo, donde no hay nada. Lo único que hay es una radio, y ahí tenía un programa un loco que era maestro rural, y los fines de semana tenía un programa de heavy metal. Después charlando con gente y bandas de la época que viajaban, lo habían conocido. Hacía mucha movida, tenía sonido, en el medio de la nada. Y llevaba bandas de todo el país. En su momento llevó a Hermética. Me emocionó mucho escucharlo presentar un tema de A77aque en el disco Radio Insomnia. Eso estuvo buenísimo, de viajar, conocer ese tipo de gente. Era re loco como hacían movidas en esa época, porque además que hacía el sonido y organizaba, tenía su programa de radio, tenía su fanzine, se carteaba con un montón de gente, conseguía material, era increíble el esfuerzo que hacía esa gente. Internet mató todo, el tema del fanzine. Porque el fanzine no era una revista, era un concepto, una cuestión ideológica, autogestión". El programa de radio al que se refiere Sebastian es "Mares de Acero", llevado adelante por Víctor "Vitin" Blázquez en FM Forres. "En Santiago del Estero los pibes cantaban las canciones. Me acuerdo que nos hablaban como que éramos ‘la banda’, no podían creer que yo estuviera tomando cerveza con los pibes <risas>. Por ahí era lo poco que llegaba y se difundía como si fuese Todos Tus Muertos, que se yo."

El 16 de Noviembre de 1996 grabaron su disco en vivo, en Forres, Santiago del Estero. Llevaron desde Buenos Aires una consola de 12 canales para la grabación. La fecha fue al aire libre, en la cancha del Club Defensores de Forres, con un escenario bastante grande y cómodo. Era poco común que las bandas de Buenos Aires fueran al interior del país, por eso la gente se interesó mucho, y tuvieron un gran recibimiento. “Venia gente caminando de no sé, 30 Km, 20 Km –rescata Chuleta-. Para ver de qué se trataba. La repercusión era bastante grande”. Se hicieron 500 copias en cassette con la grabación del show, y fue editado por Black Aria. Este era el nombre de una disquería que tuvo Kike. Fue la primera rockeria de Del Viso, y estuvo abierta durante unos 4 años. 


Disco en vivo, en Forres, Santiago del Estero

Con dos temas de esta grabación en vivo, editan en Francia un split en vinilo de siete pulgadas, junto a la banda inglesa Urbn Dk. "El contacto con Francia ya estaba desde antes, habíamos intercambiado algo de material -cuenta Mathías Rinaldelli-. Y ellos quisieron editar a Subversivos, ahí se agrando Chacarita! Quedo bastante bueno el vinilo". Lo editó el sello Small Budget Records, teniendo una primera tirada de 500 copias, y luego una reedición.


Arte del vinilo split junto a Urbn Dk

En 1997 comienza la grabación del segundo disco, en los estudios Mataco de Boulogne. Las composiciones habían cambiado, ahora tenían mucha más influencias del hardcore neoyorquino. En las primeras fases de la grabación, Sebastián se aleja de la banda porque no estaba satisfecho con el resultado. Como reemplazo se incorpora Rodrigo Silveira. Este nuevo guitarrista tiene una fuerte influencia del trashcore, y el sonido del grupo se pone más pesado todavía (Rodrigo luego formaría parte de la banda thrash Terral). Para acentuar esta nueva etapa, deciden invitar a un segundo guitarrista. "Yo era amigos de ellos y mi profesor de guitarra era Sebastián, y subía siempre a tocar Ellos Dicen Mierda -relata Martín Gabriel Guzmán-. Después de la partida de Sebastián, entró en su lugar Rodrigo y la banda tuvo un cambio radical del Punk al Hardcore Trash, y debían meter una viola más para sonar más power. Así es como me llamaron y mi sueño comenzó a nacer en ese momento". Martín venia de tocar en la banda punk Desorden junto a Frank Sandoval (ex Venganza). El resto de la formación seguía siendo Chuleta en bajo, y Pelado en batería. "Formé parte de Resignarse es Morir y fue una experiencia terrible, grabamos en los estudios Mataco en Boulogne con Marcelo Valerga, un fenómeno, que nos tiro varias ideas para el disco y particularmente es mi disco de cabecera".



Arte de "Resignarse es Morir"
(Foto gentileza de Sergio Bianchi)

El disco salió en 1999, cuando las consecuencias del "uno a uno" iniciaban una crisis económica, política y social. Por eso fue muy difícil vender las mil copias del álbum. Seguían editando en cassette, por lo que no hubo edición en CD.

El Pelado y Martin con integrantes de Soziedad Alkoholika
(Foto gentileza de Kike)


Luego de la salida del disco, tocaron con bandas internacionales como Soziedad Alkoholika y M.C.D. También fueron invitados a tocar en 1997 con Los Crudos, en el Mocambo de Haedo, en una fecha colmada y acalorada. Con Fun People solían tocar seguido, invitándose mutuamente. Como la fecha que organizaron en la cancha de futbol 11 del Club Argentinos de Del Viso, junto a Lagaña y Hacete Kargo. “Los Subversivos... qué buena banda –recuerda Nekro, ahora más conocido como Boom Boom Kid-. En el momento en el que el thrashcore les había dejado de interesar a todos, éramos nosotros con todo el bagaje de estilos, más ellos que lo tocaban filoso. Qué bueno! Su último demo tape es algo increíble también. Kike, un gran pibe, los invitamos a ellos a unas fechas y fueron muy buenas. No sé qué pasó con el grupo, pero tengo un muy buen recuerdo de él y su gente dándole maza como nadie en los noventas”.



Flyer gentileza de Sebastian del Alto Y Klaro Zine

Para el año 2000, la situación económica del país seguía empeorando, lo que generaba complicaciones a todas las bandas. Por un lado, las salas de ensayo costaban cada vez más, al igual que los instrumentos y los equipos. Además había muy pocas fechas, y en las pocas que había siempre surgían inconvenientes. “A veces íbamos a fechas a tocar y no nos querían prestar la batería, o un equipo de guitarra. Esas cosas van desgastando –lamenta Kike-. Y teníamos el tema que la gente quería entrar sin pagar la entrada. Eso desgastaba, porque se armaba un bardo considerable en la puerta. Considerable porque se rompían equipos, había problemas con la gente de los locales. Uno tenía que terminar pagando cosas que nada que ver, no estaban estipuladas. Ese desgaste del público bardero". Ese año organizan nuevamente un festival al aire libre, en el mismo predio de Ruta 26 y Valentín Gómez de Del Viso. Habían invitado a La Banda del Cuervo Muerto, Orientación Adecuada, y Fun People. Debido a una denuncia por ruidos molestos, cae la policía, que entró con el patrullero en medio del pogo. Prendieron las luces y echaron a la gente mientras todavía tocaba una de las bandas. 


En Santiago del Estero
(Foto gentileza de Martin Guzman)

La última fecha de Los Subversivos en este periodo, fue en la Iglesia Africana de Grand Bourg, junto a La Banda del Cuervo Muerto y Emociones Perdidas, el domingo 30 de Enero del 2001. Kike ya estaba agotado: “Me acuerdo que lo tuve que ir a buscar al guitarrista a la casa, para que venga a tocar. Creo que eso fue fulminante. Dije ‘Basta, ya está”. Chuleta agrega: “En realidad no sabíamos que era la última fecha. Íbamos a tocar ahí como una fecha más en la que nos invitaban. Después no hubo más ensayos. No nos convocamos de vuelta para ensayar, y quedó ahí. En espera. No es que fue algo conflictivo”. Kike retoma: "Nunca dijimos 'Nos separamos'. Nos seguíamos hablando, cada uno en su historia. Yo edité un fanzine con mi mujer, que se llamó 'América Perdida'. Unos cinco números habremos editado. Y la banda entró en un parate".


Flyer gentileza de Sebastian del Alto Y Klaro Zine


Pasaron algunos años, hasta que en el 2007, una serie de encuentros entre Kike y Koko revivieron a la banda nuevamente: “Después cuando yo me encontraba con Kike, él me decía que él sabía que en algún momento iba a volver Los Subversivos. Que no sabía cómo iba a ser, pero si alguna vez volvía, iba a ser con una de las formaciones originales. O sea, Los Subversivos lo armamos entre los dos, cuando empieza todo. No sé cómo se fue dando, de encontrarnos ‘che, ¿qué haces? ¿Cómo andas?’ Y salió el tema de la música, un poco de las bandas que estaban tocando en ese momento. Y bueno, le digo: ‘si querés te lo armo mañana mismo, voy y hablo con los chicos’. Yo me refería por ejemplo a Mario, el bajista, y algún batero que tuvimos en su momento. Hablé con estas personas, y dijeron que no tenían ningún problema. De golpe, se armó todo rápido, y no sabíamos si lo habíamos dicho en joda o en serio lo de volver a tocar”. Martín Guzmán se ríe al recordar ese llamado telefónico que lo despertó una mañana: “Me sorprendió que Kike me dijera de volver a armarnos, pero que él no quería cantar mas y que lo iba a reemplazar Koko. Me gustó la idea, pero sabía que no sería un sonido como Resignarse. Probamos y anduvo, y salimos a las rutas nuevamente. Fue increíble, fueron 3 años más, como cuando teníamos 10 años menos”.

La formación de este retorno era Koko en voz, Martín en guitarra, Kike también en guitarra, y Chuleta en bajo. El baterista primero fue Pancuca, que tocó durante un tiempo. Y después fue Alexis Mesa (de la banda The Few Explorers), que no había tocado en ninguna formación anterior de Los Subversivos. Tenían una lista con alrededor de doce temas clásicos, principalmente del segundo disco y los más conocidos de “Flameare mi Bandera”. Algunas canciones fueron modificadas o actualizadas. La primera fecha de este retorno fue en el Municomio. “Había expectativa en la gente, nos fueron a ver –destaca Chuleta-. Estaban contentos, nos preguntaban por qué habíamos dejado de tocar. Nos encontramos también con público nuevo, que no sabíamos que nos escuchaban. Público joven. Ahí se mezclaron los viejos amigos con las nuevas generaciones, que por ahí se fueron pasando material”. 


Los Subversivos 2007

Tocaron desde el 2007 hasta el 2010, más que nada en la zona. En La Leonora de San Miguel, en Vadenuevo de Moron, en el Bar Ruta 26, y en el Club Unión de Del Viso. También en Pilar y en Grand Bourg. Habían salido unas fechas en Cordoba y en San Luis, pero tuvieron problemas con la organización. La banda viajó, pero al llegar encontraron todos los lugares cerrados. Sólo hicieron una fecha en la casa de un conocido. Para Martín Guzman, esto hizo que se acumulara una “mala onda”: “Luego de unos meses el bajista tuvo un problema que estaba en el lugar incorrecto, ligó un tiro de una escopeta en el brazo y nos quedamos parados. A todo esto teníamos que cubrir dos fechas que ya estaban cerradas, una con Flema y otra creo que con 2 minutos. Ambas fechas invitaciones por las bandas. Hablamos con el bajista y le comentamos si no le molestaba que toquemos, y decidimos cubrirlas y esperarlo, pero no todos los integrantes estaban de acuerdo. Kike decidió no tocar y esperar al bajista. Con Koko decidimos armar una banda paralela para cubrir esas fechas, siempre pensando que Los Subversivos era nuestra banda. Pero Kike decidió que si hacíamos eso nos olvidáramos de Los Subversivos. Nos dolió su decisión, y decidimos darle más importancia a este nuevo proyecto ya que donde manda capitán no manda marinero. Por eso en The Masakre no hay capitán. Cubrimos esas fechas y nos dimos cuenta que este proyecto podría andar mejor, así que le dedicamos más tiempo y acá estamos”. Koko cree que eran dos proyectos completamente opuestos: "La diferencia entre Subversivos y The Masakre fue total, de 180°. The Masakre tenía huevos y punk, y Subversivos estaba para cualquier otro lado". The Masakre editó un demo en el año 2011, llamado "Entre Borrachos". Luego lanzaron "De ésta kruza... Ésta kria", su primer disco. En el año 2015 Koko dejó la banda, y formó un nuevo proyecto llamado La Banda del Kartón, con el cual está radicado en Villa Mercedes, San Luis. Koko además armó el sello "Estallido social diskos", con el que editó en 2014 el compilado "The Macho is a Bastard", con bandas de Argentina, Colombia, Costa Rica, México y Puerto Rico. Luego el sello pasó a llamarse Umpa Lumpa. Lo próximo que planea es un compilado con bandas de Perú, Argentina, Puerto Rico, y Costa Rica, llamado "Los mismo perros, la misma rabia: Compilado Iberoamericano". Por su parte, en The Masakre ingresó un nuevo cantante llamado Pupy, que anteriormente tocaba en una banda de covers de Misfits, llamada Muertos Vivientes. Con este cantante están remezclando el primer disco de The Masakre usando su voz, y se preparan para grabar su segundo disco. “Los Subversivos fue lo más increíble que me paso en la vida, y The Masakre me dio vida, y con más años de experiencia lo disfruto mucho más –asegura Martin-. Llevo tatuado en mi espalda el nombre de Los Subversivos, y en mi corazón todos esos buenos momentos que vivimos. Quiero a todos los integrantes que pasaron: Chuleta, Kike, Rodrigo, Pelado, Sebastián, pero por circunstancias de la vida cada uno hizo su movida”.

En vivo en Steel Pub
(Foto gentileza de Martin Guzman)

Debido al accidente en su brazo, Cristian “Chuleta” estuvo un año y medio sin poder tocar el bajo. Kike quiso esperarlo y no seguir con Los Subversivos hasta que se recuperara. Chuleta sufrió bastante el proceso de rehabilitación: "Al principio digamos que era un poco frustrante porque había cosas que no me salían todavía. Con práctica, práctica, rehabilitación, pude volver. Igual 100% no está el tema, pero bastante bien digamos. Lo que puedo hacer creo que está bastante bien". En el 2014, cuando Chuleta se repone de la lesión, justo se estaban por cumplir los 20 años de Flameare mi Bandera. Por eso deciden buscar a Fernando "El Pelado", baterista de ese disco, quien está viviendo en Claypole (por eso la banda solo ensayaba cada 15 días). Sebastian Ormaechea también volvía a la banda: “La idea era de Kike, que había hablado con el Pelado, de juntar la formación de Flameare mi Bandera. No la que grabó el disco, sino con la que más se salió a tocar. La formación más estable de lo que fue defender el disco. La que salió de gira. Y tardamos como un año, salimos a tocar en el 2015 <risas>. Fue por los 21 años. Y ahora estamos con la idea de que celebramos los 25 años <más risas>. Ya estamos grandes, con laburo, familia, se complica un poco más”.
"Hacemos hincapié en que fue el primer disco punk rock de la zona –destaca Kike-. Hoy se puede grabar más fácil, hay más posibilidades. Pero en aquella época era complicado. Fuimos la primera banda que grabo una producción entera. Independiente. Y de punk". Solo recientemente Sebastián se percató de esto: "Surgió hablando con gente de otras bandas, que fue el primer disco punk de toda la zona. No solo de Del Viso, sino de toda zona Norte. Había muy pocas bandas en esa época, y ninguna había grabado nada. Las que grababan eran todas grabaciones muy caseras. Grabación de disco, editado, fuimos la primera".
Luego de 25 años, las diferencias en el under son notorias. "Era una época donde comprar equipos era difícil –continua Ormaechea-. Ahora toca una banda under y pela un equipo que sale 20 lucas, o una Gibson. Y en el recital te pone una mesita y vende 3 discos. El under es otra cosa ahora. Está todo mucho más accesible." Chuleta añade sobre las diferencias: “Ahora hay más facilidades para grabación y difusión del material, antes era muy cuesta arriba eso. Había pero era muy caro, inaccesible, o era muy lejos. Había que andar, andar, y andar para poder hacer una grabación de un demo, o un disco”. La difusión es una de las diferencias más notorias: “Está más al alcance, se puede difundir de mil maneras –continua Cristian-. Puede salir el mismo día que estas tocando. En aquel entonces, en los 90s, algo que me gusta destacar, es que cuando hacías un recital o un festival, la gente iba, había mucha gente en los lugares. Es como que la gente colaboraba con las bandas. Le compraba el material. Se generaba algo desde la gente para que la banda se difunda también. El boca en boca, repartir flyers. Por ahí vos le dabas un panfleto a alguien y te lo pasaba en un programa de radio, o avisaba a un par de gentes para que vaya. Esas cosas estaban buenas en esa época. Y ahora es como que eso se perdió, yo lo veo así. Te mandan un mensaje por WhatsApp, una invitación por Facebook, y ahí queda”.
Coincidiendo con el cumpleaños de Chuleta, la banda volvió a tocar. “Fue el 18 de Septiembre del 2015. Tocamos en la Aplanadora de Tortuguitas. También mucha expectativa, vino gente de todos lados. Gente que pensamos que por ahí no se iban a acercar, de muy lejos. Fue distinto a la primera vez que volvimos en el 2007. Ahora estaba casi la formación original: el Pelado, Seba, Kike. Yo me podría contar a mí porque estoy desde el 95. Por eso la expectativa era un poco revivir aquellas primeras épocas. Una fiesta, estuvo muy bueno”. Sergio “El Pelado” hizo dos fechas. Pero se había mudado a Claypole, y para ensayar todos los integrantes tenían que ir hasta Capital, por ser un punto intermedio. Así que deja la banda, e ingresa Sergio Bianchi, que no había formado parte del grupo anteriormente. Sergio fue uno de los fundadores de Las Plantas No Pecan, y tocó con ellos durante 15 años. También formó parte de Siru-Jearan. Tocando en esa banda fue que se cruzó con Los Subversivos en dos fechas. En la primera lo vieron tocar, en la segunda lo invitaron a sumarse. ”A Los Subversivos los iba a ver cuando era chico. Fui a verlos a Filo’s, a La Casa. Creo que tres o cuatro veces fui a verlos. Y Siempre me quedo como una de las bandas re zarpadas que escuché. Los Subversivos, Os Mocos, Las Trolas. Eran bandas que para mi eran diferentes, y me llamaban mucho la atención. Cuando Kike tenía la rockeria fui con un amigo que paraba ahí. Kike nos regaló un cassette, que de un lado tenía el disco en vivo de Los Subversivos, y del otro lado un disco de Soziedad Alkoholika”.

Los Subversivos 2016, en vivo en Zorba (José C. Paz)
(Foto gentileza de Ezequiel López)


Actualmente los integrantes preparan una reedicion de Flameare Mi Bandera y Resignarse es Morir en un mismo CD, con algunos temas inéditos, como “Terrorista de Estado”. También planean entrar a grabar nuevamente. ”Queremos hacer temas nuevos –promete Sebastian-. Ahora lo que estamos hablando es grabar reversiones del disco. En un momento íbamos a hacer un compilado, pero después nadie se lo puso al hombro. Pero todavía está la idea, algo vamos a hacer. Antes de llegar a más viejos, antes del Parkinson <risas>. Antes de los 30 años del disco, algo queremos hacer. Estamos viendo. Lo más factible ahora es reversiones de los temas de Flamearé mi Bandera, y algún que otro tema más. Ya hablamos con el estudio, tenemos que concretarlo entre nosotros. El tema también es Macri y lo monetario. Siempre tenemos altibajos de acuerdo a la economia”. 

Durante el impás en que Sebastian no tocó en Los Subversivos, formó parte de Peon X Rey, también junto a Chuleta. "Con esa banda fueron muchos años, y fuimos cambiando el estilo. Empezamos haciendo HC Punk, y terminamos haciendo latin. Y ahora fue como medio de grande también, volver a hacer hardcore punk, y algunos temas de The Clash. Porque con la mitad de la banda teníamos un proyecto paralelo que era Radio Capital, que hacíamos tributo a The Clash. Así que ahora hacemos un mix de las dos cosas. El tributo a The Clash fue lo que hizo que me volvieran las ganas de distorsionar la guitarra. Estaba medio postergado. Con la banda hacíamos mas ska, reggae, rock latino, sin distorsión. Percusiones y vientos. Y ahora nada que ver. Formación más clásica y distorsión." Ormaechea también participó en otras bandas, como "Tríptico" (música de la trova cubana), y "El Combo Santo Domingo" (una banda de salsa).

Chuleta también está tocando en “En El Aire”. Anteriormente tocó en Peon X Rey, en Mistica Power, y lo ayudó a su hermano varias veces en la banda thrash “Certera” cuando necesitaban bajista.

La única banda que tuvo Kike fue Los Subversivos.