lunes, 7 de octubre de 2013

Los Pueblos Originarios de General Sarmiento



Eduardo Ismael Munzón es el historiador más reconocido de la región. En "Los Orígenes de Bella Vista, su Desarrollo y sus Instituciones", aparecido en el periódico "Bella Vista" Año I Nº 10, escribía:
"Imaginad por un momentos estos sitios, abiertos y desolados, en los lejanos tiempos de la conquista en el instante en que una nueva raza, cuna de civilización y cultura, iba a sentar sus plantas en el continente, donde la suerte de audaces navegantes, arriesgados aventureros, quedaban a merced de un mundo desconocido".
"En cuanto a las poblaciones indígenas que ocupaban estos sitios, Carbia, Gandía y otros historiadores, concluyen que era lugar de habitación de los indios guaraníes y zonas de recorrida de los belicosos querandíes, que disputaban el dominio del lugar".
En "Orígenes Históricos de la Ciudad y Partido de Moreno (1860-1910)", Juan Carlos Ocampo señala:
"Estas tierras, antes de la Conquista, fueron zona de recorrida de los indios pampas o querandíes, hartamente belicosos, cazadores y nómades, que constituirían en la colonización, el peligro constante de los primeros pobladores. En sus malones llegaron hasta las cercanías de Buenos Aires, destruyendo caseríos y sembrados".
En el caso de "Historia de José C. Paz" de Héctor Mario Segura Salas, si bien hay abundante información sobre los gobernantes y las familias acomodadas que fundaron la ciudad, no se hace ninguna referencia a los pueblos originarios.
Este es todo el espacio destinado a los indígenas de la zona, donde siempre son señalados como belicosos. Ante esta falta de información en la bibliografía referida a la región, una fuente útil es "Historia de la Ciudad de Buenos Aires", de Rómulo Zabala y Enrique de Gandía. Lo primero que hacen es poner en duda la creencia general de que los indígenas de la región eran los querandíes. En ninguna de las actas de repartimiento de indios de Buenos Aires figuran los querandíes, pero si lo hacen en la repartición hecha en Santa Fe. Considerados un pueblo nómade, los querandíes se habrían trasladado hasta las cercanías de los asentamientos españoles para comerciar. En cambio los pueblos horticultores que se enfrentaban a los españoles, como los guaraníes y los chaná-mbeguáes, se habrían alejado quemando sus aldeas para que su enemigo no encontrara alimento. Una forma de combatir similar a la guerra de guerrillas.
Así concluyen Rómulo Zabala y Enrique de Gandía el capitulo dedicado a los habitantes originarios:
“En síntesis, puede declararse que los primitivos habitantes de la zona en que hoy se levanta Buenos Aires fueron unos indios llaneros, probablemente taluhet, grupos de guaraníes de las islas y otros, menores y nómades, de querandíes”.
De todas formas, hay mucha controversia en varios puntos. Por ejemplo, se discute si los querandíes eran una etnia, o una sub-etnia de los pampas. Lamentablemente, debido al exterminio del conquistador nos ha quedado muy poca información sobre los habitantes originarios, dejando mucho a la especulación.

La visión de Ulrico Schmidl sobre Buenos Aires
 
Quienes no creen que fue "progreso" lo que trajeron los conquistadores, suelen encontrar mucho rechazo en el círculo tradicional de los historiadores. Esto le ocurrió a Claudio Pereyra, más conocido como Peré, investigador e historietista de la región: "Había tanta discución para dar dentro de la historia, que me aburría y me cansaba. Por un lado tenías un extremo con los pueblos originarios, y por el otro extremo los historiadores que defienden la civilización. Todavía había tipos en esa época que se animaban a hacerlo. Y era un embole. La historia desde ahí me parecía que no aportaba mucho. Entonces empiezo a hacer algunos apuntes, ir investigando, siempre con la idea de aprender la historieta para despues ir volcando ese material de las investigaciones. En realidad, recién ahora lo puedo hacer, porque la historieta me llevó mucho tiempo de aprender. Es un laburo enorme hacer historieta. Pero lo que tiene de bueno es que por ahi, uno puede hacer una historieta, y al revés que la historia, llegar a más público. Pensaba yo que iba a llegar a más público haciendo historieta. Que uno iba a poder estar en contacto con gente sin necesidad de entrar en choques. Cuando por ejemplo le decia a los pueblos originarios que yo hacía historieta en el año 96, me decían: 'Ah historieta, ¡que lindo!'. Bueno, ya está, hago historieta que es más fácil. Yo en ese momento me daba cuenta que sacaba conclusiones que nadie sacaba". Salteandose a los historiadores, Peré fue a las fuentes, a los textos de los cronistas de la época. Podia llegar a estar meses releyendo los textos, hasta descubrir algo nuevo. En el Acta de repartimiento de Garay, por ejemplo, encontró un pueblo indígena de Luján llamado Urucutaguay, o "Pueblo del Rio de las Conchas" en su traducción del guaraní. Rio de las Conchas es el nombre histórico del Río Reconquista, debido a la gran cantidad de conchillas que se encontraban en sus orillas.
Con 21 años, Claudio quería dedicarse a la investigación, pero siempre como autodidacta. Dentro de los ámbitos académicos sentía que chocaba porque manejaba otra bibliografía. Uno de estos autores ignorados es el investigador Dick Edgar Ibarra Grasso, muy reconocido en Bolivia pero pasado por alto en Argentina. En la academia le pedían que siguiera el método científico, que buscara pruebas. Algo muy difícil cuando se trata de pueblos que fueron aniquilados, y no se han realizado trabajos arqueológicos en la zona. Peré recorrió General Sarmiento, Baradero, Dique Luján, San Pedro, Otamendi, Río Luján, Zárate, recolectando información en bibliotecas, museos y en campo.
En su búsqueda Peré notó una resistencia cultural a la idea de los guaranies como pobladores de la región. Una postura muy relacionada con el nacionalismo: charruas en Uruguay, querandíes en Buenos Aires, guaranies en Paraguay. Una visión de Buenos Aires más cercano a la Pampa que al rio. Aún cuando vivimos en una zona de grandes humedales como es la Cuenca del Río Reconquista. A los querandies en cambio, se los considera un pueblo de tierra adentro. La comunicacion de los cronistas españoles con ellos fue a traves de lenguaraces guaranies o tupies de Brasil. Por lo tanto, los datos que tenemos de ellos vienen de traducciones, que anotaron personas que no eran de la zona ni conocian del tema. Dudosas interpretaciones, re-elaboradas por los misioneros, y repetidas por los historiadores que agregaron sus propias ideas. Esta es la versión oficial en el ámbito académico

Locura Historietas Animaladas, editada por el Sello Piragüa

Desde la historieta, Peré podia entonces poner su posicion sin tener que convencer a nadie, sin tener que confrontar. Para ello en el año 2005 junto con otros colaboradores forman el sello independiente "Piragüa", que trata de unir dentro de la historieta el entretenimiento y el conocimiento. Con este sello editaron:
"Memoria del Paraná Guazú", que recopila 3 historietas realizadas entre 1998 y 2003: Papas y Porotos, En El Mercado y Hasta el Rio.
“La Leyenda del Urutaú” de Rams, historieta documentada sobre una persona que vivió hace 500 años en el Rio Reconquista, basada en una leyenda guaraní.
“Dibujo Cuenta” de López Camelo, una investigacion sobre la historieta que vá más allá de los referentes de origen occidental. Toman los relatos de las culturas cazadoras, la cultura oral milenaria, como origen del cómic.
“Contador Repúblico”, proyecto comunitario realizado entre varios autores que mezcla historieta con entrevistas a arqueólogos, historiadores, sexólogos, pescadores del Reconquista, referentes de los pueblos originarios, y otros actores sociales.
Piragua a la Deriva”: Antología con trabajos de Peré y Rams, editada en 2006.
“Locura - Historietas Animaladas”: Investigacion que busca la causa del mal y la perversión en el hombre, elaborada en colaboración con psicólogos. Realizada por Peré, Rams, Camelo, ML, V. Fernández, entre otros

En sus investigaciones, Peré recorrió el Rio Reconquista buscando restos arquelógicos. Le llegaron comentarios de gente que encontró puntas de flecha, en Bella Vista una persona localizó unas boleadoras. César Eduardo Schreiber, investigador, historiador, y director de los museos del distrito de Moreno, encontró restos de cerámica entre la presa Ingeniero Roggero y la estancia La Porteña. "Los restos fueron hallados por mi durante mis recorridas por las barrancas y proximidades del río De la reconquista desde 1983 en el contexto de mis estudios geo paleontógicos –comenta Schreiber-. Siempre los he recolectado al hallarlos de forma casual en superficie y fuera de todo contexto geológico, aunque siempre ubicados aproximadamente en el remate de las barrancas y provenientes, según supongo, de estratos relacionados con la tierra negra vegetal o en su base".

Fragmentos de cerámica encontrados por César Schreiber


Debido a las constantes inundaciones del Rio Reconquista, en el año 1998 el Gobierno Nacional realiza su rectificación. Muchas partes cercanas a este rio, como Barrufaldi y Obligado, son lagunas que van a su lado y la tierra se encuentra a un nivel más bajo. Hacer un terraplén en esos lugares no era la solución. El rio no dragaba debido a la basura acumulada por años. En el fondo hay desde autos pertenecientes a desaparecidos en la época de la dictadura, a restos dejados por quienes "cirujean". En las discusiones sobre como solucionar el problema, algunos aliados políticos de Aldo Rico pretendían entubar el rio, por ejemplo. El dinero para la obra provenía de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo. Se discutía si convenía utilizar este dinero para la obras del Reconquista, y algunos periodistas del diario La Hoja señalaban que no estaba claro cuanto se iba a gastar realmente en esta construcción. Peré, junto con un amigo, iban 2 o 3 veces por semana al puente del Ferrocarril General San Martín sobre el río para estar alertas a la remoción de lodo. Alejandro Acosta y Daniel Loponte, ambos arqueólogos, estaban pidiendo colaboradores. Peré se comunica con ellos, y lo rechazan con la excusa de que sólo tomaban estudiantes de la UBA. Les comenta que era necesario detener la rectificación del Río por el daño arqueológico que iba a causar, pero no le dieron importancia. Con estas obras, se volvía muy lejana la posibilidad realizar hallazgos arqueológicos en sus márgenes. Schreiber señala: "En cuanto a la rectificación del río en 1998, al menos del lado de Moreno, es cierto que al retirarse material desde el lecho éste fue arrojado profusamente sobre todo el perfil de la barranca, ocultando por grandes tramos la estratigrafía original que antes de ello se encontraba expuesta". Peré agrega: “A mi me dolió en el alma cuando hicieron la rectificación del rio. Era como que nos quedabamos sin pasado. Terrible. Yo tenía el sueño de que lo que yo estaba investigando iba a hacer que la gente se volcara de otra forma. Lo que yo puediera llegar a escribir o dibujar iba a hacer que la gente sintiera ese trasfondo. Y no te dan ni bola, te dicen 'Mejor que hagan la obra, asi no nos inundamos más. Que hagan mierda todo'. Y eso fue un golpe duro. Lo llegué a denunciar varias veces, pero no pasó nada. Publicamente hay una carta que escribí. ¿Qué haces vos parado en el medio de un sandwich? Porque por un lado tenés que querés convencer a un tipo que le entra un metro y medio de agua a la casa, que ese lugar tiene que seguir siendo así porque tenés fundamentos históricos, culturáles, climáticos. ¿Cómo haces? Con un metro de agua el tipo. ¿Qué le vas a decir? Hay soluciones, pero no están al alcance de mi mano, ni la de él. Son soluciones que tienen que ser institucionales. Y las instituciones no las voy a cambiar yo. Por más que yo me apure a escribir y a dibujar, no puedo convencer a una institución. Es muy dificil. Entonces mejor saber lo que uno tiene que hacer, tranquilo, despacio, haciendolo con dignidad. Para los que vienen atrás tengan un panoráma, al menos en la teoría, más amplio. Y si pueden hacer algo, por ahí tengan la oportunidad de hacerlo”.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Willy Miller y Los Peores del Barrio



Hacia finales de 1983, Barrio se disuelve a pesar del gran reconocimiento cosechado en General Sarmiento y de ser considerados el grupo revelación del festival de La Falda en Córdoba ese mismo año. Varios sellos discográficos los quieren fichar como grupo nuevo: Interdisc, Pelo Aprile, y RCA Victor. Se deciden por este último, pero promesas incumplidas del sello y algunas diferencias internas, llevan al grupo a su separación. La banda se divide: Juan de Dios Gorosito y Enrique Ardel querían hacer un grupo "mejor", con más melodías y arreglos. Entonces forman Punto G, un dúo de voces y teclados que duraría aproximadamente un año y medio (hasta que Ardel viaja a España). Del otro lado quedaban entonces los que querían hacer algo "peor": Carlos Alonso, Héctor Ongarato y José Luis "Pico" Di Blasi. Buscando una mayor libertad, y con una actitud irónica hacía su grupo anterior, nace Willy Miller y Los Peores del Barrio. Querían abrir cabezas para mostrar un nuevo aire, que Alonso ya presentía: psicodelia, libertad, el barrio expresándose de mil formas. "Willy Miller fue una reacción interna del grupo en el que participábamos. Barrio era un grupo cuya estética reivindicaba lo que pasaba en el barrio de cada uno de nosotros. Con una estética bien definida, y una forma de composición bien definida. Yo internamente empiezo a componer otro tipo de música que tal vez no encajaba dentro de Barrio". Así lo recuerda Carlos Alonso, bajista del grupo.

Carlos ya tenía una larga trayectoria como músico: en 1964 tocaba guitarra rítmica en Los Brujos, pioneros del sonido surfer en el país (como referencia, los Gatos grabaron "La Balsa" en 1967). Considerados el primer grupo de rock en General Sarmiento, eran muy rigurosos y dedicados a pesar de la juventud de sus miembros: Alonso tenía 14 años, el resto entre 16 y 17. En ese momento los grupos instrumentales eran toda una rareza. Vestidos completamente de negro, con pantalones Oxford, botas de charol, y el pelo corto: una onda entre beat y mod. Estaban influenciados por discos de The Shadows y The Ventures que les traía de Paraguay el padre de su guitarrista Alberto Schneider. Prácticamente eran desconocidos en el circuito musical de Capital, porque sólo se movían en la zona. "Teníamos la ventaja que no había grupos, y nos contrataban de todos lados. Tocábamos mucho en carnavales. Había una orquesta típica, bajaba la orquesta y subíamos nosotros. Y la gente salía a bailar". En 1969 se realizan los primeros festivales de rock en el país, pero Los Brujos quedaban afuera porque no tenían cantante. Encuentran uno, pero se escapa en el primer recital que se presenta. Entonces empiezan a cantar ellos, y su sonido se acerca más a un blues enérgico, no tradicional, con temas largos. Tocaban en concursos como los del Cine Teatro Pueyrredón de Flores, o los del Teatro Nacional. "Eran concursos que ya estaba sabido quien iba a quedar, grupos que después metían en festivales más grandes de rock. Siempre llegábamos a última instancia. Nos cambiábamos de nombre todo el tiempo, para que no nos conozcan nos poníamos Madrigal o Aquelarre. Siempre tocábamos las mismas canciones, el mismo estilo. Nos fuimos dando cuenta: como nosotros no pertenecíamos a ninguna movida de nada, éramos de acá, éramos súper visitantes. Los otros grupos conocían gente y les resultaba más fácil llegar. Cambiamos cuando pasamos a llamarnos Revancha. Ahí quedamos mi hermano y yo, con otro chico que conocí en la Universidad: Horacio Patiño, y un amigo de él, Guillermo. Eran de Capital y venían a ensayar a casa. Y ahí hicimos un grupo de rock fuerte, rock nacional digamos. Si lo tuviera que definir sería el único grupo de rock nacional que tuve. Temas de rock fuerte, pero muy arreglados". Luego pasaría a Otoño, un grupo de rock progresivo: "En una misma canción había cinco canciones. Pasabas por todas situaciones: de ambient a algo más fuerte. Caía a ambient de nuevo. Algo instrumental. Algo con letra. Cada tema duraba diez minutos, una cosa así. Yo escucho cosas ahora (en esa época tocaba el bajo), y digo '¿Como tocaba eso?'. Ahora no lo puedo tocar ni de casualidad." Luego llegaría Barrio, ya con mucha experiencia y buenos equipos. Era un sexteto que sonaba muy bien. La idea era hacerse fuerte en San Miguel, para luego trascender. Con un enfoque más profesional, empezarían a girar por la provincia y la costa. Graban en los estudios del M.I.A. (Litto Vitale los graba, mezcla, y participa tocando sintetizadores en algunos temas), y ese material se edita de manera independiente por la productora de Carlos Garbarino. Se separan por conflictos internos y cierto desgaste, pero luego de 4 años, un fan del grupo decide juntarlos. Esta persona viaja a Córdoba, y regresa con una fecha para tocar en el festival de La Falda en febrero de 1983. El grupo viaja sin ensayar, distanciados entre ellos. De todas formas son elegidos como grupo revelación del festival. RCA Victor y Pelo Aprile se ofrecen a editarles el disco. Eligen a RCA que los presenta como su nueva adquisición, pero luego de un año de vueltas, otro grupo termina arreglando con el sello y se queda con el contrato. Los Barrio eran muy cabeza dura y no quería acortar los temas ni cambiarles la letra. Con tantas idas y venidas, los miembros deciden terminar con el grupo.



Todos los miembros de Willy Miller tienen una larga trayectoria musical. En 1971, Héctor Ongarato tocaba el bajo en Esclavo Rebelde junto a Claudio D'Angelo en primera guitarra y voz, Adolfo Fonsalido en guitarra rítmica y voz, y Daniel Augel en batería. Todos los integrantes eran vecinos de Muñiz. Participaron de varios festivales de rock en la zona (Club Muñiz, Ithao de Grand Bourg, Iglesia mormona de Caseros, Salón Parroquial, entre otros). Hacían temas propios y covers de Vox Dei. Ongarato y D'Angelo luego formarían el dúo Cristal. Para 1975 se les sumaria Oscar Peretto y Sergio Rojas, y esa sería la formación inicial de Otoño. "Eran cuatro guitarras acústicas y voces, todo arreglado -explica Ongarato-. Temas muy folk, muy de la época, bastante hippies. Y seguíamos componiendo nosotros. Primero temas míos, después empezamos a agregar temas de Peretto y de Sergio. Después ya se borraron algunos y entraban otros, pero siempre fue una banda acústica de cuatro guitarras y voces. Fueron cambiando, fueron cambiando, hasta que una vez me encuentro con don Alonso en un barcito que tenía, y empezamos a hablar: 'yo soy músico', 'y yo soy músico', '¿y si hacemos algo?'. Y ahí era Otoño, pero ya se había electrificado. Con Carlos, Peretto, D'Angelo, Horacio Alonso (el hermano de Carlos), y yo. Peretto se aleja por diferencias musicales con lo eléctrico, y entra un cantante: Juan de Dios Gorosito." Luego se suma Enrique Ardel en teclados, la banda compra mejores equipos, y consideran que ya no es el mismo grupo. Así nacía Barrio.

El tercero de "los peores" era José Luis "Pico" Di Blasi, una especie de niño prodigio de la batería. Oriundo de San Martín, ya de muy chico seguía el ritmo de los discos golpeando latas, y a los 6 años empezó a tomar clases con profesores. En 1963 lo invitan a tocar en “Los Huracanes”, una banda de su barrio. Los pibes tenían 18 años, él solamente 7. Su primer recital fue en una fiesta en el estadio de River Plate. Un vecino que los escuchaba ensayar, y formaba parte de la comisión del club, los invitó a tocar. En un momento deciden grabar un acetato, y el dueño del estudio quedó sorprendido, ya que no tenía registro de un baterista tan joven. Habla con los padres y les ofrece promocionarlo. José Luis pasa a llamarse Pikito Ton Ton: Pikito por la nariz (era la época de Palito Ortega), y Ton Ton por la batería. "Lo peor fue el nombre. Yo era chico, y cuando me dijo el nombre que me iba a poner, yo no quería saber nada". Aparte del acetato entonces, también graba un disco llamado “El baterista más joven del mundo” que se edita por el sello "Mar del Plata". Ya con Antonio Barros como representante, toca en bailes organizados en las canchas de Vélez Sarsfield e Independiente. También hace presentaciones en radio y televisión. En una de esas oportunidades, el maestro Alberto Alcalá, miembro de la orquesta de Canal 7, queda impresionado por su capacidad y se ofrece a enseñarle. Con él sigue estudiando sin parar hasta los 14 años. Pero a los 12 ya no quería tocar más con ese nombre artístico: "Era un bajón para mí. Yo llegaba a los lugares, estaban los carteles afuera y le borraban la N: 'Piquito Tonto'. Y el productor que tenía me decía '¿Cómo vas a dejar ahora, que te quiero llevar a Centroamérica?'. Ya no tenía más exigencias, y me quedé". En 1969, con 13 años, forma un power trio de rock instrumental llamado "Trio Espacial". Tocaban en clubes, plazas, y sociedades de fomento. "Salimos con un trio, en esa época estaba Manal. Y bueno, intentamos, pero el ambiente siempre fue muy difícil. Muchas propuestas, nada hecho, engaños. Y así fui pasando una banda, otra...". Al mismo tiempo seguía trabajando como sesionista con diferentes cantantes, como Alejandro Montalbán, Mario Echeverría, y Giuliano D'Alas. En un momento participa de La Banda del Paraíso, pioneros en hacer blues con vientos. Sus miembros rotaban e intercambiaban instrumentos, entre ellos estaban Black Amaya, Alejandro Medina, y Claudio Gabis. Con sus 17 años, "Pico" no se sentía del todo a gusto: "Era muy loco y yo era chico, y no me gustaba el ambiente, era muy pesado. Yo estaba acostumbrado a lo que era laburar profesionalmente con los cantantes, era otro ambiente, era un laburo. Esto lo del rock and roll era otra historia. Yo en esa época estaba fumando marihuana, pero no me gustaba cuando era muy denso, me asustaba". Con tantas idas y venidas entre músicos, el "Tano" Carambia que tocaba la guitarra en Barrio lo recomienda como el baterista perfecto para ellos.

Vinilo de Pikito Ton Ton


Guillermo Piccolini también iba a ser parte del proyecto: "Yo vivía en Grand Bourg y allá tenía un dúo llamado Soutien junto a mi querido amigo ya fallecido Daniel Agüero. Él se hacía llamar Pete Lautreamont; y yo, Willy Miller. Muy en la onda de, por ejemplo, Tom Verlaine (Television). También eran parte del grupo Néstor Lusi y Claudio Ponce (El Joker). Éramos casi todos de Grand Bourg donde teníamos una pequeña célula contracultural de unos 15 o 20 amigos; y aunque entonces Grand Bourg era parte del partido de G.S., nosotros ya éramos medio separatistas y nos manejábamos casi exclusivamente con el FCGB; el colectivo a San Miguel nos daba fiaquita; además había que pagar boleto si o si. Con Héctor y Carlos nos conocimos en el 84 en Casapueblo presentados por Raúl Pittavino (gran amigo y compinche). Ellos tocaban en Barrio, que era un grupo muy bueno que juntaba bastante público. Charlamos, nos caímos bien y nos vimos unas cuantas veces. Algunas de esas veces tocamos. Creo que era el verano de 1985 cuando me cuentan la idea del grupo. Me encantó que me propusieran hacer algo juntos, pero a las pocas semanas me llevó un viento y me fui a Madrid con Javier Martínez. Allá la aventura con Moris no funcionó (Javier y yo íbamos a tocar con él) y terminé formando Los Toreros Muertos. Como ves, mi participación en WMYLPDB (o lo que yo recuerdo) es, digámoslo así, "poquita", mas allá de que mi viejo seudónimo quedó en el nombre del grupo de Carlos y Héctor como una especie de Patricio Rey grandemburgués".

El grupo tenía su sala y centro de operaciones en San Miguel, en la esquina de España y Sarmiento (donde actualmente se encuentra el Centro Cultural Raíces). Todos esos años de experiencia se notaban, y rápidamente se fue armando un repertorio de canciones escritas por Alonso: "Siempre fui medio contestario desde mi forma de concebir la música, más a partir que empecé a componer. Nunca me interesó contar historias, que tienen un principio, un desarrollo y un fin. Cosa que en Barrio estaba y a mi me parecía bien, porque las canciones contaban historias de barrio. En un momento empecé a romper con eso, porque quería escribir más con imágenes". El principio que guiaba la composición musical era que guitarra y bajo se mueven en distintas frecuencias, y la suma de ambas partes daba la sonoridad del grupo. Acordes inusuales de guitarra, la potencia de Pico que era un baterista muy preciso, y encima de eso Héctor fraseando letras irónicas y herméticas. Otra particularidad era el uso de pedales no convencionales en el rock hasta ese momento, como un flanger a cinta que usaba Alonso en su bajo. "El concepto era bien psicodélico. Mezclábamos distintos géneros: tango con twist, con fraseos tipo King Crimson, por decir algún referente".  El resultado era un sonido muy potente y personal, un "rock psicótico" (concepto que usaban para provocar): "No nos podían catalogar ni como hard rock, ni heavy metal, ni rock n' roll. Era como un rock fuerte, crudo, con una base súper poderosa. Yo componía todos los temas a partir del bajo, así que el bajo tenía mucha importancia. Estábamos muy bien equipados, teníamos buenos instrumentos, lo cual en vivo era muy contundente". Di Blasi añade: "La música era como la película de la letra. Era todo con matices, laburado."

Estaban muy entusiasmados, así que al terminar sus primeros cuatro temas deciden grabarlos. Gustavo Avigliano, amigo de Carlos que actualmente es el reconocido pastor evangelista Gustavo Lima, era el guitarrista en la banda de Cesar "Banana" Pueyrredón. Los pone en contacto con el cantante, y una noche arman el estudio de grabación en la misma sala de ensayo de los Peores. Con un grabador de cinta abierta Tascam de 8 canales, graban los 4 temas: "Yo viajé a Estados Unidos en el 84, estuve casi dos meses en un taller de producción musical, aprendiendo técnicas de grabación, y técnicas de producción. Estuve en Ohio, el lugar se llamaba The Recording Workshop. Cuando volví, pasé por New York y compré un teclado. Y compré una Tascam de 8 canales, para grabar acá". Principalmente la usaban para los discos de Pueyrredón, pero a pedido del grupo llevan los equipos hasta su sala en San Miguel. Así quedan registrados los primeros temas, que son grabados en una noche. "La verdad que grababa muy bien, esa Tascam era muy buena -recuerda Pueyrredón-. Y creo que no hicimos muchos trabajos, el de los Peores del Barrio debe haber sido uno de los pocos trabajos que hicimos aparte de producir para nosotros". Este es el único material registrado en estudio que quedó de ellos (además de alguna grabación en vivo), pero sería luego de este demo cuando logran su verdadero sonido.

Volante realizado por Gerardo Ortiz


Se dan cuenta que lo mejor es que Ongarato estuviera más suelto para poder cantar y teatralizar. Entonces se incorpora Ruben "Chupito" Leguiza como guitarrista, que interesado en el sonido desde temprana edad tiene una musicalidad propia. Él venia de fundar grupos experimentales como ARM641 y Quum. "Nos conocíamos de tocar en festivales juntos. Habíamos hecho un Club San Miguel, nosotros como Quum y ellos como Barrio. Quiero destacar que la generosidad de Carlos siempre fue muy grande para conmigo. Porque desde el '82, cuando había dejado Quum, no tenía lugar para expresarme como guitarrista. Los músicos se fueron transformando de a poco de electrónicos, a industriales y ruidístas, y no concebían a la guitarra como un instrumento para la música electrónica. O yo por lo menos no podría tocar como ellos querían. Para mi la guitarra eléctrica siempre fue una fuente inagotable de recursos tímbricos, armónicos y melódicos, y un instrumento muy difícil de manejar." Ahora Alonso podía profundizar aun más en la búsqueda de un sonido personal. "Willy Miller fue una gran cocina, porque teníamos todo lo necesario: estar en una casa solos y planificar que hacer con tu música. Sin ninguna influencia de tener una esposa cerca, un familiar cerca, nada. Éramos nosotros contra el mundo". Así se sentía Leguiza, quien entendía mejor cual era la idea detrás del proyecto. Héctor y Pico en cambio, lo seguían a Carlos sin estar del todo seguros de qué era lo que quería. "Yo personalmente, no tenía claro que música hacíamos -confiesa Ongarato-. Lógicamente era rock, pero no el escuchado, el tradicional, el que vende. Entonces era una cosa extraña. También había un cambio, no sólo en Argentina, sino a nivel mundial. The Police, toda una onda que venía cambiando, un lenguaje musical no tan beat, ni tan stone. Era stone en el formato de que aparezca gente en el escenario y se peleen y den vueltas, disfrazados. No existía. Entonces la gente miraba, '¿Y que es esto?'. Fue una época de cambio, y nosotros entramos en esa época. Y ayudamos al cambio creo. Los músicos que te miraban entendían que había otra cosa. Que no sólo era imitar otra cosa. Que podes hacer tu estilo, nosotros teníamos estilo".

La estética era un punto importante para la banda. Tenían gente conocida que los ayudaba con el maquillaje. También provocaban con la vestimenta. "Mucha gente no entendía, nuestra onda tanguera tocando rock and roll -cuenta "Pico"-. Ongarato y Carlos siempre fueron más desinhibidos, yo siempre introvertido, vergonzoso, me costaba. Ongarato se sacaba la dentadura postiza, la ponía en un vaso con agua, y se ponía a cantar". Héctor también recuerda: "éramos unos tipos que cuando se usaba el pelo largo, nos pelábamos: siempre al revés (risas). Cuando se usaban los solos de guitarra a full, nosotros no hacíamos solos. Una cosa media punk, pero que no era punk, porque los punks no nos entendían". También tenían bailarines que hacían lo que luego se conocería como performances. Gerardo Ortiz, de la revista Ratón Rocx y el grupo Los Albordas, se encargaba del diseño de los afiches y los volantes: "Desde el 84 fui plomo de la gente de Barrio, pero con el que tuve afinidad desde el principio fue con Carlos Alonso, siempre me pareció el más coherente, así que la elección mía era evidente... me quedé con Los Peores. Eran más divertidos y mucho mas extraños en su propuesta. Seguí siendo plomo, artista, y multiuso (risas). Los shows de ellos siempre tenían una puesta de escena que tenia que ver como se vestían y la calidad musical, siempre empezaban viéndolos de reojo y terminaban aplaudiendo a lo loco. Más que 'Los Peores' era Carlos el que sabía lo que quería, pero los otros no lograban entender de qué se trataba y por eso se terminaron separando. Siempre estuvo adelantado a todos, nuestra banda tomó mucho de él. Los Peores eran una de las pocas bandas que más se movían y más actividad tenían... las demás estaban tres pasos atrás... era tiempo de renovación y en Gral. Sarmiento la mayoría eran banditas punk o pop. En varios recitales que organicé, que en ese entonces los hacía bajo el nombre de El Ratón que fue la continuidad de Ratón Rocx, siempre fueron números centrales. O los hacía a pedido de ellos. Los sitios donde tocaron fueron muchos... pero principalmente en Capital Federal... donde su música tenia mayor cabida... en San Miguel siempre les costó, pero aún así llevaban gente, a medida que se hicieron conocidos la convocatoria fue mayor...". Oscar “Red” Portillo, que venía del grupo Cirulaxia, y luego formaría Efecto Freud, también colaboraba con el grupo: “Yo era asistente de Barrio, el plomo de ellos. Cuando salieron con Willy Miller medio que me descolocó, porque no les entendía mucho que querían hacer. Era una cosa mucho más deforme de lo que estábamos acostumbrados con Barrio. Un grupázo que era sumamente prolijo en todo, desde los arreglos, la afinación, la técnica. En cambio Willy Miller era todo lo contrario. Donde el que cantaba, en vez de cantar recitaba a lo tanguero, y sonaba una música medio psicodélica, con muchos cortes, sin un ritmo claro. Era otra búsqueda. Al principio me pareció medio raro, después me resulto simpático. No era lo que más me gustaba Willy Miller, me gustó más Uno X Uno después. Pero tenía cosas interesantes también, buscaban otro sonido”.

Foto aparecida en la revista Pelo, Año XVI - Nº 249

Alonso siempre inquieto, también se movía para conseguir las fechas: "Tocamos en San Miguel en un lugar que se llamaba Ñaupa en diagonal a lo que ahora es Raíces, en un sótano en Hurlingham, en Capital en un par de fiestas en un lugar que se llamaba La Segunda que era la antigua comisaria segunda de San Telmo, en desfiles de moda, en el Club San Miguel en alguna fiesta..." También harían recitales en el Salón Parroquial de la Catedral de San Miguel, y en la Casa de la Cultura. En un momento consiguen tocar en un festival organizado por Pumper Nic, en el Parque de la Ciudad festejando el año internacional de la juventud. En el lugar había varios punks que tiraban cosas y gritaban pidiendo rocanrol. Se sube Héctor al escenario vestido con un sobretodo, bufanda tanguera, peinado con gomina y antojos tipo John Lennon. Comienza a increpar al público, gritándole "¿Qué te pasa che?". Es ahí que se sube el resto del grupo a tocar. Al escuchar la potencia con la que sonaban, los agitadores se quedaron inmóviles. Era sorprendente que un grupo pudiera sonar tan potente sin estar tocando rock tradicional. El grupo generaba esa reacción en el público, un poco porque la provocaban a propósito. "O te amaban, o te odiaban, era así -asegura Ongarato-. No despertábamos indiferencia, estaba bueno eso. Era si o no, al 100%". Esta opinión dividida también se daba en la prensa especializada. En cambio, los músicos los felicitaban por su manera de plantarse ante el público, sin respetar géneros ni modas. O porque a pesar de tener los mismos instrumentos y equipos, los Willy Miller lograban un sonido que era distinto. "Siempre tocamos en lugares copados, con gente copada -dice "Chupito"-. Sea gente extrema, que se viste de negro, que era muy raro en esa época porque no estaba instalada la onda dark todavía. Como en desfiles de modas, que eran todos chicos y chicas lindas, en un lugar paquete, donde la gente se ponía a bailar. Bailaban nuestra música que era re contra poderosa, la bailaban onda disco. Pienso que Willy Miller fue reinterpretado varias veces, por los distintos públicos".
 
(Gentileza de Gerardo Ortiz)

"No había ninguna escena de rock en San Miguel, no existía nada. Se acercaba la gente por ahí un poco inquieta que quería escuchar otro tipo de cosa -cuenta Alonso-. Barrio tenía fans, gente que cuando se enteró que nos separamos nos querían matar. Era un rock que se podía escuchar. En cambio Los Peores del Barrio era todo lo contrario, era romper con todo eso que habíamos hecho. Entonces la gente que nos conocía de Barrio nos decía de todo". Al final de los temas antes había aplausos, ahora silencio. Esto molestaba a Héctor y a Pico, quienes se preguntaban si realmente estaban tomando el mejor rumbo. "Fue un choque, mismo la familia de cada uno -relata 'Pico'-. De ser una banda a ser un trio, que éramos Los Peores. Toda una cosa muy loca, lo que sonaba no era lo mismo, '¿Qué están haciendo?'. Fue una etapa de cambios, de música nueva, de proponer otras cosas. Yo reconozco que mucho no lo sentía, aunque me gustaba mucho tocarlo. No estaba convencido." Leguiza tiene buenos recuerdos de esa época: "Carlos es un tipo muy vital. No nos dejaba descansar, no nos dejaba volver sobre nuestros pasos ni siquiera para meditar, porque ya venía otro show. Y eso nos mantenía en un estado de stress. Pero es como decir colesterol malo y colesterol bueno. Estábamos con un stress bueno, un stress piola porque te mantenía conectado, y aparte cada día sonábamos mejor". Carlos tenía muchas expectativas puestas en el grupo, pero sufría un gran desgaste por el constante trabajo psicológico que realizaba para que sus compañeros entendieran hacía donde iba la búsqueda. "Pico" además, estaba luchando con problemas personales: "El peor de los temas fue el de la droga, que eso nos llevó a muchos a una vida más 'opaca'. Con el talento que tenían muchos amigos músicos, y no ha pasado nada realmente. Músicos muy buenos que no han llegado a tener el lugar que realmente se merecen. Lo que a Dios no le agrada, nunca te va a ayudar. Cuando yo estaba en eso siempre tuve que laburar, y la plata no rendía. Cuando corté con eso, las cosas cambiaron. Pero todo esto me sirvió. He conocido gente como Héctor y como Carlos, tipos grosos, buenas personas. Lastima que yo estaba enfermo, y desaproveché un montón. Yo fui parte de que esto se separe. Tuve que cortar con esa vida, yo me estaba matando".  Por un tiempo se aleja de la música, pero vuelve para tocar en "Magnum '44", "A mamá le dieron 2 años", y "Lengua Larga". Sufre una sobredosis, y encuentra el cristianismo, dedicándole su vida y su música. Actualmente trabaja con bandas del circuito cristiano, y se siente "más limpio". 

Carlos disuelve el grupo a mediados de 1985, luego de unas 20 actuaciones: "Yo tenía muchas expectativas, pero situaciones internas me molestaban demasiado. Estaba muy conectado con el grupo, era una idea mía, las canciones eran compuestas por mí. Y ciertas actitudes de no profesionalismo me empezaron a molestar, y decido ponerle fin al proyecto [...] Los Peores del Barrio se separan en buenas condiciones, nos conocíamos de años. No coincidíamos en el momento, cada uno tenía otras necesidades que no coincidían con las mías, yo estaba muy enfocado con la música". 


En ese momento Alonso tenía bien definido que quería hacer, y ese fue el germen de Uno X Uno. "La idea era que fuese alguien solo, y la única forma era utilizar aparatos electrónicos". Comienza a experimentar junto a Rubén Leguiza, usando una caja de ritmos Roland TR-707, un mixer porta estudio Tascam 246, una computadora para música Yamaha CX5M, y su controlador Yamaha YK10. Por un corto periodo se suma Gustavo Gatti de Quum en cajas de ritmo Roland TR-808 y Roland TR-727, más efectos varios. Así es como debutan en vivo en la Casa de la Cultura de San Miguel. Cuando iban a grabar "El Infinito Cercano" de UXU, Leguiza se entera que iba a tener un hijo, y deja la banda muy a su pesar. "Chupito" no volvería a tocar música hasta el año 1999, cuando forma Tergus, un proyecto acústico junto a Luis Berce en violín, y Horacio Pérez en percusión. Al año siguiente forma Xevra, junto a .Zigo (Walter Corona). Este dúo tiene una tetralogía grabada aún sin editar.
Héctor por su parte, en un principio no tocaría en Uno X Uno, pero le daría apoyo logístico. Una especie de "súper-visor": armaba los equipos, revisaba que todo anduviera bien, y ayudaba en lo que hiciera falta. Hacía 1988, Alonso le ofrece formar parte del proyecto satírico Los Caramelitos: "En un momento se acerca Miguel Angel Telechea, productor de Pedro y Pablo, y bajista de El Grupo de Gastón. Ya con UXU, empiezo a hacer música electrónica irónica. Lo llamo a Héctor para que cante. Yo hacía las canciones, las letras, todo. Era electrónica pero con letras súper-irónicas. 'Voy caminando muy durito con mi caramelito', con una base psicótica. Lo grabamos en una porta estudio, y lo llevábamos a una productora con oficina en la calle San Martín. Cerraron las puertas con llave, las ventanas, bajaron las luces, alcohol, mucho volumen, y los tipos se volvieron locos. Les digo: 'La idea es que nos auspicie una marca de caramelos, tocamos nosotros dos ocultos -porque yo estaba con UXU-. Tenés que conseguir tres bailarinas gordas, como las carameleras del cine, repartiendo caramelos y bailando'. Les tiré la idea y les voló la cabeza. Tenían un gran interés, era un secreto que no debíamos compartir. Pero después de una sobredosis, uno de los productores es internado y llevado a vivir al campo". Además, todas las bases estaban en un sampler Emax II Turbo de Carlos que se termina quemando, y junto con este el grupo se disuelve. En 1997 Héctor estaba pasando por un mal momento, y Carlos lo invita a tocar el bajo en UXU. Actualmente siguen tocando juntos, buscando su propio lenguaje, experimentando con la música y la poesía.
Alonso es coordinador de la Diplomatura de Sonido e Imagen en la Universidad Nacional de General Sarmiento. Es profesor de matemáticas, acústica, física, sonido y grabación, entre otras materias. Tiene su propio estudio de grabación, “La Cabeza Graba”, y el sello “La Sonrisa de Luz” que edita sus discos y los de otros grupos no convencionales. Es gestor y organizador del ciclo itinerante Pasajero Uno. Además es curador del Encuentro de Música Experimental y Búsqueda Sonora, que se realiza anualmente en San Miguel y nuclea diversas expresiones musicales que escapan a las normas establecidas.